domingo, 1 de enero de 2017

ERES DIFERENTE

Tener amor es ser bondadoso, 1 Corintios 13:4.

Necesitarás tres pares de zapatos de papá o mamá y tres pares de tus zapatos.
Juega con tus papás a «encontrar los zapatos». (Coloque los pares de zapatos en una bolsa y luego espárzalos a unos tres metros de la meta. El juego consiste en que, al mismo tiempo, papá o mamá y su niño[a] corran descalzos, identifiquen sus zapatos, se los pongan y luego corran hasta la meta, para quitárselos y dejarlos ahí. Lo mismo con los dos pares siguientes. Gana quien lleve primero a la meta los tres pares de zapatos.)
¿Cómo identificaste tus zapatos? Porque eran diferentes y más pequeños, ¿verdad? Asimismo, Dios desea que seas diferente.
Quiere que las demás personas vean en ti a un(a) niño(a) obediente, amoroso(a) y perdonador(a).
La Biblia narra la historia de un niño que decidió ser diferente a sus hermanos. Se llamaba José. Sus hermanos mayores desobedecían a Dios y a sus padres. José, en cambio, obedecía a su papás en todo y oraba a Dios todos los días.
Eso molestaba a sus hermanos, así que se burlaban de José y lo maltrataban. No toleraban que fuera diferente. Aun así, José decidió perdonarlos y ayudarlos.
Tal vez haya niños con los que convives que son diferentes a ti, porque no conocen a Dios. Pero tú debes ser un buen ejemplo, para que algún día ellos conozcan a Dios gracias a ti.

Tomado de lecturas devocionales para preescolares 2017
¡PEQUEÑAS SONRISAS!
Por: Míriam Rodríguez Carrillo 
#PequeñaSonrisas  #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaPreescolares #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

ALGO QUE PARECE MALO. ¿PUEDE SER BUENO?

“Yo, Señor, invoco tu nombre desde lo más profundo del pozo: tú escuchas mi voz, y no dejas de atender a mis ruegos. El día que te llamo, vienes a mí, y me dices: ‘No tengas miedo'” (Lam. 3:55-57).

Había una vez un campesino pobre, pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día, el hijo le dijo:
-Papá, ha sucedido algo terrible: ¡se escapó el caballo!
-¿Y por qué dices que es terrible? -le replicó el padre-. Eso no podemos saberlo aún. Quizá sea bueno…
A los pocos días, el caballo regresó, acompañado de otro caballo. Ahora, en vez de uno, tenían dos caballos. El hijo comentó, entusiasmado:
-¡Padre, qué suerte hemos tenido! Nuestro caballo trajo otro caballo.
-¿Y por qué llamas a eso suerte? -replicó de nuevo el padre-. Quizá no sea algo bueno. Esperemos a ver.
A los pocos días, el muchacho montó el caballo nuevo y este, no acostumbrado a tener un jinete encima, se alzó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.
-Padre, ¡qué desgracia! -exclamó ahora el muchacho- ¡Ese caballo me ha quebrado una pierna!
Y el padre volvió a decir:
-¿Por qué le llamas a eso desgracia? Aún no sabemos si tal vez será para bien.
Al joven le costaba entender que haberse quebrado una pierna pudiera ser algo bueno. Días después, pasaron por la aldea altos funcionarios de gobierno, buscando jóvenes para que fueran a la guerra. Al ver al joven campesino con la pierna entablillada, le permitieron quedarse, así que ,no tuvo que ir a luchar.
¿Ves? No hay que apresurarse a sacar conclusiones cuando nos sucede algo que parece muy bueno. Ni hay que desesperarse cuando nos sucede algo que parece muy malo. Solo Jesús sabe si, a la larga, será una bendición o no. Todo tiene un propósito en la vida. Solo que hay que tener paciencia para comprenderlo, y mantener siempre nuestra fe en Jesús. Nos dice que todo lo que nos pasa nos ayuda para bien, si creemos en él. Ahora que empezamos un nuevo año, recordemos esto todos los días.

Tomado de lecturas devocionales para Menores 2017
¡SALTA!                   
Por: Patricia Navarro 
#Salta #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMenores #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

UN COMIENZO DIFERENTE

“En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra” (Génesis 1:1).

Comencé el nuevo año durmiendo en la calle, junto a un montón de basura, bajo una vieja y apestosa frazada, hambrienta y tiritando de frío. Yo no era, como se podría sospechar, una sin techo, aunque me sentía así. Yo era de esos californianos que vivían a poca distancia de Pasadena donde, cada 1o de enero (excepto cuando cae en domingo), se celebra el Desfile del Torneo de las Rosas. La noche anterior, miles de personas se reúnen en las calles con sillas y mantas para reservar un espacio en la acera, de modo que, a la mañana siguiente, puedan ver las carrozas a poca distancia. Yo era una de esas personas.
La experiencia no siempre es la que uno espera. Un año, estuve vagando sola por las calles hasta las cuatro de la mañana buscando chocolate caliente y escuchando a todo el mundo decirme: “La chocolatería está en la próxima calle”. Otro año, me desperté junto a un pañal de bebé usado y cubierta de una bebida que alguien había derramado sobre mí. Otro año, pasé casi una hora en una fila de espera para usar un baño (que por cierto estaba atascado). Varios años consecutivos caminé junto a las carrozas, observando a la gente agitada tratando de ver las últimas flores; y al final yo terminaba tiritando y perdida, con chicle pegado en la suela de los zapatos.
¿Por qué seguía yendo año tras año? Supongo que para disfrutar de las festividades. Siempre quise tener un buen comienzo de año, aunque acababa siendo un desastre. Terminaba malhumorada, apestosa, privada de sueño y resfriada. No era un buen comienzo de año, ¿verdad? Una vez decidí quedarme en casa, cómoda en mi camita calentita. Ese fue el mejor primer día del año de toda mi vida. Nunca volví a Pasadena para el desfile.
No sé cómo has comenzado este primer día del año; si estás perdido, solo y temblando, o te sientes a gusto y en paz. Pero tengo una sugerencia para tí: haz que este año sea diferente. Comienza el año con Jesús y asegúrate de que forme parte de tu vida cada día. Dedica tiempo a la Biblia y verás cómo te transforma. Cuando finalmente experimentes lo acogedor y agradable que es tener una amistad con Jesús, te aseguro que nunca querrás regresar a iniciar un año sin él.

Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
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EL DIOS DE LOS NUEVOS COMIENZOS

“Jerusalén está en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego. Venid y reconstruyamos el muro de Jerusalén, para que ya no seamos objeto de deshonra” (Neh. 2:17).

Cuando Nehemías, que estaba sufriendo el exilio en Persia, se enteró de la lamentable situación de Jerusalén, lloró. También ayunó, y buscó la ayuda de Dios. Tendidas sobre los escombros de los muros derruidos parecían estar, también, las promesas de Dios para su pueblo, junto con las esperanzas del profeta. Sin embargo, el Señor escuchó las oraciones de Nehemías y le mostró cómo proceder con la reconstrucción de los muros y de la ciudad. Más importante aún, le recordó que él es el Dios de los nuevos comienzos.
Una de las cosas que Nehemías pidió a Dios en oración durante sus meses de ayuno fue que le concediera hallar gracia ante los ojos del rey Artajerjes. Un día, el rey le preguntó a Nehemías por qué se veía tan triste. Haciendo una oración silenciosa para recibir sabiduría, Nehemías presentó cuidadosamente su dilema ante el rey. El Señor no solo concedió a Nehemías hallar gracia ante los ojos del rey, sino también dispuso que el rey fuera el canal a través del cual el Cielo financiaría el proyecto de restauración. Además, el rey dio autoridad a Nehemías a fin de dirigir el proyecto de reconstrucción, a pesar de la oposición de los enemigos de Israel en las naciones vecinas. Así actúa nuestro Dios.
Nehemías puedo llevar a cabo tanto la reconstrucción de la ciudad como la del Templo, el lugar de adoración de Dios en la tierra. La tarea fue dura, la oposición fue intensa, pero el muro se reconstruyó. En agradecimiento, Nehemías declaró que todo Israel debía participar en una celebración de alabanza al Dios de la restauración y de los nuevos comienzos (Neh. 8:2). Dijo: “Porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza” (vers. 10).
¿Hay en tu vida relaciones o sueños destrozados? Dios puede recoger los pedazos y crear un nuevo comienzo para ti. Él te promete: “Yo os restituiré los años que comió la oruga” (Joel 2:25). Hoy, al comenzar este nuevo año, Dios te ofrece restaurarte, y acercarse a ti con esperanza y sanidad. Para Dios, nada es imposible.
Este es un nuevo día para ti, y con él se te presenta un nuevo comienzo; créelo. También es el comienzo de un año nuevo y emocionante, ideal para profundizar tu experiencia con Dios como nunca antes. “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. ¡Alabadlo, bendecid su nombre!” (Sal. 100:4).
Acepta la restauración y la liberación que Dios te ofrece, y disfruta de un feliz y bendecido año nuevo.

Tomado de lecturas devocionales para Damas 2017
VIVIR EN SU AMOR    
Por: Carolyn Rathbun Sutton – Ardis Dick Stenbakken
#VivirEnSuAmor #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

LA HORA DE LOS GLADIADORES

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).

El 1° de enero del año 404 d.C. fue un día histórico. Esa jornada quedó registrada como la fecha en que se celebró la última confrontación entre gladiadores en la ciudad de Roma. La capital del Imperio Romano, lujuriosa y hambrienta de espectáculos, estaba a solo unas décadas de caer. Poco a poco, la fiesta terminaba. Durante cinco siglos, el famoso Coliseo alimentó con violencia, sangre y muerte las retinas de los más de cuarenta mil espectadores que semanalmente acudían a sus gradas.
Para los juegos de inauguración del Coliseo (año 80 d.C.), el emperador Tito no escatimó gastos en deleitar a los gobernantes y al pueblo. La fiesta duró más de cien días, y casi nueve mil animales fueron sacrificados. Las peleas entre gladiadores y la caza de animales (entre ellos, rinocerontes, hipopótamos, elefantes, jirafas, leones, panteras, leopardos, cocodrilos y avestruces) estaban a la orden del día.
Emociona entrar bajo la estructura de ese histórico monumento y pisar la ahora pequeña plataforma que simula la antigua arena. Desde allí, la vista de las ochenta filas de gradas es más impactante que observar la estructura de arriba hacia abajo. Es forzoso imaginar a los cristianos dejando su vida por Cristo ahí, a merced de las enfurecidas fieras. Impresiona contemplar los túneles y los pasadizos que yacen bajo el Coliseo. Aún quedan restos del sistema de poleas original, que catapultaba animales hacia cualquier parte del escenario, ante la atónita mirada del gladiador de turno. Lo sorpresivo era permanente.
Sin quererlo o no, sin buscarlo o no, sin darnos cuenta o no, estamos inmersos en la batalla de la vida. Suele pasar que, cuando creemos que la situación está controlada, el peligro repentinamente aparece, como en el Coliseo, y nos roba los sueños.
La Biblia asegura que, un día, el conflicto terminará; mientras tanto, nos toca seguir peleando. La palabra “gladiator” proviene del latín gladiador, que significa “espada”. Como cristianos, también tenemos una espada en esta lucha espiritual: la Biblia (Efe. 6:17). “Hay una sola forma de ganar con la espada: tener la espada en la mano”, reza un antiguo dicho del medioevo. No podemos vencer sin nuestra espada. Hoy puede ser un día histórico. Es hora de tomar la espada y convertirte en un gladiador. Estudia tu Biblia. Aprópiate de la victoria.
“El poder de Dios, combinado con el esfuerzo humano, ha obrado una gloriosa victoria en favor nuestro. ¿No la apreciaremos?” (Elena de White, Mensajes para los jóvenes, p. 101). PA

Tomado de lecturas devocionales para Jóvenes 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Por: Pablo Ale – Marcos Blanco
#UnDíaHistórico #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

VAMOS Y ADOREMOS A DIOS

“Dios es Espíritu; y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24).

La adoración a dios va más allá de un lugar de culto, una ofrenda, un sacrificio o una oración. Adorar al Creador de nuestra vida es derramar todo nuestro ser entero delante de él. La adoración en espíritu y en verdad está centrada en Cristo, no en el formalismo. Así pues, Jesús le explicó a la mujer samaritana que ya no se necesitaban más los sacrificios de animales en los templos, para adorar a Dios. Lo que Dios requiere del ser humano es su mente y corazón (Mat. 22:37, 38). La adoración en espíritu y en verdad es trinitaria: adoramos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. El apóstol Pablo menciona: “Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne” (Fil. 3:3).
En la adoración en espíritu y en verdad, se experimenta la presencia de Dios. Él viene para estar con nosotros. Sofonías afirma: “Jehová está en medio de ti; ¡él es poderoso y te salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos!” (3:17). Sobre todo, la verdadera adoración incluye una vida de entrega y obediencia a Dios. Cuando Pablo dice que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, está hablando de un acto espiritual de adoración. Es llegar a Dios con humildad y reconocimiento. Dios busca adoradores que sean conscientes de su pecado y su culpabilidad, como el publicano que llegó al Templo y, con humildad, dijo: “Dios, sé propicio a mí, pecador”, y regresó a su casa justificado por la sangre de Jesús (Luc. 18:13).
William Temple cierta vez expresó que la “adoración es la sumisión de toda nuestra naturaleza a Dios. Es la agudeza de conciencia por su santidad; el sustento de la mente con su verdad; la purificación de la imaginación por su belleza; la apertura del corazón a su amor; y la rendición de la voluntad a su propósito”.
Hoy, adoremos a Dios en espíritu y en verdad, y entreguemos todo nuestro corazón a Cristo.

Tomado de lecturas devocionales para Adultos 2017
FUENTES DE VIDA
Por: David Javier Pérez
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PARA TI Y PARA MÍ

«El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida». Juan 6: 63

La biblia no fue escrita solamente para los intelectuales; más bien ha sido destinada a la gente común. Las grandes verdades necesarias para la salvación están presentadas con tanta claridad como la luz del mediodía; y nadie se equivocará o perderá el camino, salvo quienes sigan su criterio personal en vez de la voluntad divina tan ampliamente revelada.
No podemos conformarnos meramente con las afirmaciones de nadie en cuanto a lo que enseñan las Sagradas Escrituras, sino que hemos de analizar los mensajes de Dios por nosotros mismos. Si permitimos que otros piensen por nosotros, nuestra energía quedará mutilada y nuestras aptitudes limitadas. Las facultades del alma pueden reducirse tanto por no ejercitarse en temas dignos de su atención, que lleguen a ser incapaces de penetrar el profundo significado de la Palabra de Dios. La inteligencia se desarrolla si se emplea en investigar la relación de los temas bíblicos, comparando texto con texto y lo espiritual con lo espiritual.
No hay nada mejor para fortalecer el intelecto que el estudio de la Biblia. Ningún otro libro es tan potente para elevar los pensamientos, para dar vigor a las facultades, como las grandes y ennoblecedoras verdades de las Escrituras. Cuando se estudia la Palabra de Dios como es debido, se adquiere una grandeza de espíritu, una nobleza de carácter y una firmeza de propósito, que raramente pueden verse en estos tiempos.
Solo se obtiene un beneficio muy escaso de una lectura precipitada de las Sagradas Escrituras. Uno puede leer toda la Biblia y quedarse, sin embargo, sin captar su belleza o comprender su sentido profundo y oculto. Un pasaje estudiado hasta que su significado nos parezca claro, y evidentes sus relaciones con el plan de salvación, resulta de mucho más valor que la lectura de muchos capítulos sin un propósito determinado y sin obtener una instrucción positiva. Ten tu Biblia a mano. Léela cuando tengas oportunidad; fija los textos en tu memoria. Incluso yendo de camino puedes rememorar un pasaje y meditar en él hasta que se te grabe en la mente.
No podemos obtener sabiduría sin una atención cuidadosa y un estudio con oración. […] Es necesario un análisis cuidadoso y una reflexión acompañada de oración. Estudiar la Biblia así, será abundantemente recompensado. […]
Nunca se debe estudiar la Biblia sin oración. Antes de abrir sus páginas tenemos que pedir la iluminación del Espíritu Santo, y nos será concedida.— El camino a Cristo, cap. 10, pp. 131-134.

Tomado de lecturas devocionales para Adultos 2017
DE VUELTA AL HOGAR
Por: Elena G. de White
#DeVueltaAlHogar #MeditacionesMatutinas #DevocionMatutinaParaAdultos #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian