martes, 10 de enero de 2017

UNA BATALLA PERDIDA

“Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres,y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua” (Josué 7:5).

Si hay algo que sé con exacta certeza es que Cuidad del Cabo es uno de los lugares más lindos del mundo. Basta recorrer el bellísimo complejo de Waterfront, que parece custodiado por la imponente, y casi omnipresente en el paisaje de toda la ciudad, Table Mountain [Montaña de la Mesa], una de las nuevas siete maravillas naturales del planeta. ¿Y qué decir de Kirstenbosch, el agradable jardín botánico, de exuberante vegetación, que cuenta con inmensa variedad de flores y árboles (entre ellos, el famoso baobab)?
Pero, más allá de estos lugares, me impresionó el famoso Castillo de Buena Esperanza (de 1679), que destaca por su forma pentagonal. Ni la lluvia impidió que, un viernes de julio, me empapara de la rica historia del lugar. Luego de varias confrontaciones bélicas, acuerdos y vaivenes, un 10 de enero de 1806, en la Batalla de Blaauwberg, los neerlandeses se rindieron ante los británicos y perdieron el territorio.
Imagina la decepcionante tristeza en Israel luego de perder en Hai. Israel no se reconocía como perdedor. Luego del cinematográfico escape de Egipto, la milagrosa supervivencia en el desierto del Sinaí, el heroico cruce del Jordán y el rutilante triunfo en Jericó, estaban llenos de confianza propia.
Como Pedro cuando caminó sobre el embravecido Mar de Galilea, dejaron de posar su mirada en Jesús; y como Pedro, se hundieron. Aquel en el frío y peligroso mar; estos, en el árido y sangriento campo de batalla. Incluso el consagrado y fiel Josué planificó la conquista de Hai sin solicitar el consejo divino.
Otro hecho más complicó el ya sombrío panorama. Desobedeciendo el mandato del Cielo, Acán tomó un botín de Jericó y lo guardó para sí. A veces, las grandes victorias son germen de futuros fracasos. En el capítulo 7 de Josué, como en toda la Escritura, Dios es claro; él no puede bendecir el pecado. El desenlace fue fatal para Acán (fue descubierto y apedreado); y la conclusión gloriosa, para Israel (fueron nuevamente a pelear contra Hai y ganaron).
Hoy puede ser un día histórico. Revisa tu vida. Obedece el consejo divino. Recuerda: un pecado acariciado y cultivado cierra la puerta a cualquier posibilidad de éxito y prosperidad espirituales. “Cuando la iglesia se encuentra en dificultades, cuando existen frialdad y decadencia espiritual, y se da lugar a que triunfen los enemigos de Dios, traten entonces sus miembros de averiguar si hay o no un Acán en el campamento, en vez de cruzarse de brazos y lamentarse de su triste situación” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 472). PA

Tomado de lecturas devocionales para Jóvenes 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Por: Pablo Ale – Marcos Blanco
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