lunes, 2 de enero de 2017

ALIMENTO PARA EL ALMA

«El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz». Romanos 8: 6

La educación es la preparación de las aptitudes físicas, intelectuales y espirituales para la mejor ejecución de todos los deberes de la vida. La resistencia, fuerza y capacidad del cerebro disminuyen o aumentan dependiendo del empleo que se les dé. La mente debiera disciplinarse de modo que se desarrollen equilibradamente todas sus facultades. [… ]
La naturaleza de la experiencia religiosa de una persona se hace evidente por el tipo de libros que escoge para leer en los momentos de ocio. Para tener salud mental y principios religiosos firmes, los jóvenes deben permanecer en comunión con Dios mediante el estudio de su Palabra. Al señalar el camino de la salvación por medio de Cristo, la Biblia es nuestra guía hacia una vida más elevada y mejor. Contiene la historia y las biografías más interesantes e instructivas que se hayan escrito. Los que no han pervertido su imaginación con la lectura de obras de ficción se percatarán de que la Biblia es el más interesante de los libros.
La Biblia es el Libro de los libros. Si aman la Palabra de Dios y la estudian cada vez que tienen oportunidad, para llegar a poseer sus ricos tesoros y estar enteramente preparados «para toda buena obra» (2 Tim. 3: 17), pueden estar seguros de que Jesús los está atrayendo hacia él. Pero no basta con leer las Escrituras de un modo superficial, sin tratar de comprender las enseñanzas de Cristo para poder responder a sus requerimientos. Hay en la Palabra de Dios tesoros que no se pueden descubrir sino cavando muy profundo en la mina de la verdad.
La mente carnal rechaza la verdad; pero la persona convertida experimenta un cambio maravilloso. El libro que antes no resultaba atractivo porque exponía verdades que dan testimonio contra el pecador, llega a ser ahora el alimento del ser, el gozo y consuelo de la vida. El Sol de justicia ilumina las páginas sagradas y el Espíritu Santo nos habla a través de ellas. […]
Dirijan su atención a la «palabra profética más segura» (2 Ped. 1:19) todos los que han cultivado la afición por lecturas frívolas. Tomemos nuestras Biblias y empecemos a estudiar con renovado interés las sagradas crónicas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Cuanto más frecuente y diligentemente estudiemos la Biblia, más hermosa nos parecerá y menos nos deleitará la lectura frívola. Hemos de colocar en nuestro corazón este precioso Libro. Será para nosotros un amigo y un guía.— Mensajes para los jóvenes, sec. 9, pp. 192-194.

Tomado de lecturas devocionales para Adultos 2017
DE VUELTA AL HOGAR
Por: Elena G. de White
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