sábado, 15 de junio de 2013

EL SISTEMA DE SONIDO

Lugar: Kentucky, EE.UU. 
Palabra de Dios: 1 Timoteo 4:12

Un sábado, mientras visitaba una iglesia en Kentucky, decidí visitar el aula de la clase de Escuela Sabática de Intermediarios. Estaban realizando un juego bíblico, así que me puse a jugar con ellos.
El juego estaba en su apogeo, cuando una de las chicas comenzó a guardar todas sus cosas. Miré mi reloj. Todavía teníamos quince minutos antes de la hora del sermón.
—¿Por qué estás tan apurada? —le pregunté.
Ella me dijo que tenía que ocuparse del sistema de sonido de la iglesia. Pensé que era muy bueno que ella pudiera ayudar con eso. Pero, entonces me enteré de que ella no estaba ayudando, ella era la encargada de toda la amplificación de la iglesia. Era buena en eso, así que decidió utilizar su talento. No importaba que apenas fuera una adolescente, podía hacer su parte para Dios.
La Biblia dice: “Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza”. En otras palabras, sin tener en cuenta cuán joven o viejo seas, puedes servir a otros.
Piensa en las maneras en que puedes ayudar en tu iglesia, en tu escuela, en tu comunidad o en tu hogar. ¿Cuáles son tus talentos e intereses? ¿Te gusta cantar? ¿Te gusta atender a los niños pequeños? ¿Eres bueno con la tecnología? Quizá te guste saludar y recibir a la gente que llega a la iglesia.
No permitas que nadie te diga que eres demasiado joven como para servir. En lugar de eso, como dice el versículo bíblico, sé un ejemplo para los demás.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

PROCURA QUE SEA LO MEJOR

La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad. Dichosos los que saben aclamarte. Señor, y caminan a la luz de tu presencia; los que todo el día se alegran en tu nombre y se regocijan en tu justicia. Salmo 89:14-16.

Las tareas femeninas, ya sea en el hogar o fuera de él, pueden llegar a resultar realmente agotadoras. Son tantos los detalles que un ama de casa debe atender: el cuidado de la casa, la educación de los hijos, la atención del cónyuge… Además, muchas mujeres también deben cumplir con una jornada de trabajo fuera del hogar. Por supuesto, nadie puede negar que Dios reconoce y aprecia los esfuerzos de la mujer que cumple con dichas ocupaciones en forma responsable. Sin embargo, el peligro reside en que nos enfrasquemos en tantas cosas buenas y necesarias, que dejemos de hacer lo mejor. Es posible que quien viva así llegue a padecer una elevada dosis de ansiedad que conduce al agotamiento. Con las facultades agotadas se pierde la capacidad de discernimiento, la alegría por el servicio y, posiblemente, el ego herido nos lleve a sentirnos víctimas, abusadas y atropelladas en nuestros derechos fundamentales.
Si las ocupaciones consumen todo nuestro tiempo y olvidamos apartar momentos para atender y nutrir la parte espiritual de la vida, podemos llegar a ser presas del hastió y de la frustración. Quien desee realizar sus deberes con eficacia ha de beber cotidianamente de la fuente proveedora de fortaleza y sabiduría. En las Sagradas Escrituras leemos: “Con Dios están la sabiduría y el poder; suyos son el consejo y el entendimiento” (Job 12:13).
Dios es la única fuente de poder y sabiduría. Toda madre y esposa que sabe esto, buscara que nada ni nadie se interponga entre su Señor y ella. Su prioridad en la vida será desarrollar una relación cercana e íntima con Jesús. Al hacerlo, será habilitada para tener relaciones íntimas y amorosas con los que están a su cargo, experimentara el gozo de servir, y hará de su hogar una reproducción del hogar eterno. En los momentos de aflicción y angustia, sabrá a qué lugar acudir con el fin de encontrar paz.
Amiga, que tu oración en este día sea: “Impárteme conocimiento y buen juicio, pues yo creo en tus mandamientos” (Sal. 119:66). Estoy segura de que, bajo la dirección de Dios, harás lo bueno hoy sin dejar de hacer lo mejor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

DESCONOCIMIENTO DEL ESPEJO

Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla (Santiago 1:25).

Ellen no estaba ciega pero, debido a un accidente cerebrovascular, ignoraba completa mente la mitad izquierda de su campo de visión. ¿Qué ocurriría si por medio de un espejo colocado a su derecha Ellen pudiera ver el lado izquierdo que ella ignoraba? ¿Se percataría de que la mitad izquierda de su cabello estaba terriblemente despeinada, que no estaba maquillada y que arrastraba el chal por el suelo?
Cuando el doctor Ramachandran le mostro por medio del espejo su lado izquierdo, pidió a Ellen que describiera lo que ocurría allí. Ella lo hizo sin mayor problema, pero no actuó para remediar la situación. El experimento continuo. Un ayudante del médico sostuvo un bolígrafo en el lado izquierdo, en la zona que Ellen ignoraba, pero plenamente visible por medio del espejo y, además, fácilmente accesible a su mano derecha, su lado sano. El doctor Ramachandran le pregunto:
-¿Ves un bolígrafo?
-Si-respondió Ellen.
-Muy bien -continuo el médico- Por favor tómalo y escribe tu nombre en el cuaderno que he colocado en tu regazo.
Ellen hizo, entonces, algo completamente descabellado. Levanto la mano sin dudar y fue directamente al espejo para tomar el bolígrafo. Literalmente golpeo el vidrio y lo arañó durante unos veinte segundos hasta que se dio por vencida.
-No lo puedo alcanzar -dijo con frustración.
Cuando se repitió el proceso Ellen argumento que el bolígrafo estaba detrás del espejo y se asomó por encima para encontrarlo. Ramachandran decidió dar el nombre de “agnosia especular” a la condición de Ellen, desconocimiento del espejo.
Algunos cristianos sufren también de agnosia especular espiritual. El apóstol Santiago compara “la ley perfecta que da libertad”, los Diez Mandamientos, con un espejo mediante el cual podemos analizar nuestra situación ante Dios (Sant. 1:22-24). Cuando la ley nos revela que somos pecadores, algunos culpan al espejo, la ley, por su situación y lo arrojan a un lado. Otros tratan de utilizar el espejo para resolver su situación. Pero la observancia de la ley no resuelve el problema de los pecados cometidos en el pasado. Para eso necesitas a Jesús. Lo único que la ley puede hacer es revelarnos nuestra situación y llevarnos a Cristo para resolverla. Necesitamos la ley, pero también necesitamos a Cristo.

Y tú, ¿Ya te viste en el espejo esta mañana? Si ya lo hiciste, acércate a Cristo para que purifique tu vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

UN MAESTRO ENVIADO DE DIOS

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Mateo 12:28.

En las poderosas obras de Cristo había suficiente evidencia para convencer a cualquiera. Pero los dirigentes judíos no querían la verdad. No podían dejar de reconocer la realidad de las obras de Cristo, pero las condenaron todas. Se vieron obligados a reconocer que un poder sobrenatural estaba presente en su obra, pero dijeron que su poder provenía de Satanás. ¿Será que en efecto creían esto? No, pero estaban tan resueltos a impedir que la verdad los condujera a la conversión, que le adjudicaron la obra del Espíritu de Dios al diablo...
¡Redentor todo compasivo! ¡Cuál amor, cuál amor incomparable es el tuyo! Acusado por los grandes hombres de Israel de hacer sus obras de misericordia por el poder del príncipe de los demonios, fue como uno que no ve ni oye. La obra que él vino a hacer desde el cielo no debe quedar incompleta. La verdad debe ser revelada a la humanidad. La Luz del mundo debe hacer fulgurar sus rayos en la oscuridad del pecado y la superstición. La verdad no encontró lugar en los corazones de los que debieron haber sido los primeros en recibirla, porque estaban atrincherados en el prejuicio y la incredulidad malvada. Entre los que no tenían privilegios tan exaltados, Cristo preparó los corazones para que recibieran su mensaje. Hizo odres nuevos para el vino nuevo.
El Dios del cielo dota cada verdad con una influencia proporcional a su carácter e importancia. El plan de redención, de valor supremo para un mundo perdido y arruinado, había de ser proclamado, y el Espíritu de Dios en Cristo Jesús entró en contacto vital con el corazón del mundo...
La verdad fue proclamada por Cristo. Los corazones de los que profesaban ser los hijos de Dios se atrincheraron contra ella, pero quienes no habían sido tan privilegiados, los que no estaban vestidos con los mantos de la justicia propia, fueron atraídos hacia Cristo...
Hoy Satanás lucha por ocultar del mundo el gran sacrificio expiatorio que revela el amor de Dios y las demandas vigentes de su ley. El guerrea contra la obra de Cristo... Pero mientras lleva a cabo su obra, las inteligencias celestiales se están combinando con los instrumentos humanos de Dios en la obra de la restauración.— Review and Herald, 30 de abril de 1901.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White