jueves, 4 de abril de 2013

LA DELGADA LÍNEA ROJA


Lugar: Filipinas
Palabra de Dios: 2 Timoteo 2:22

Mi esposo y yo bajamos hasta el agua, sosteniendo cada uno su máscara y esnórkel. Habíamos alquilado un pequeño bote para un viaje de tres horas, y allí estábamos, en el océano, junto a la costa de la isla de Mindoro.
Era asombroso. El sol brillante inundaba el mundo subacuático con luz. Cardúmenes pasaban como flechas al lado de nosotros. Peces de brillantes colores coqueteaban a la orilla del arrecife. Rojo, azul, amarillo, blanco, naranja; ¡los colores eran sensacionales! Vimos peces más grandes asomándose en las aguas más profundas. Corales y anémonas de mar balanceaban suavemente sus hojas. Erizos de mar merodeaban en las grietas.
De pronto mi esposo hizo señas con su brazo, y me indicó que volviera. Entonces, la vi: una delgada línea roja flotando cerca. Rápidamente moví el brazo para alejarme, pero, al hacerlo, sentí una sensación de ardor. Nadamos de regreso hasta el bote, donde examiné mi brazo: la medusa me había rozado en algunos lugares, pero no era demasiado grave. Por suerte, nos habíamos alejado justo a tiempo.
Mi esposo me dijo que había visto muchas otras delgadas líneas rojas un poco más allá de donde estábamos nadando. ¡Qué bueno que salimos rápido! Y eso es lo que deberíamos hacer cuando nos encontramos en situaciones indeseables. Por ejemplo, cuando sabemos que no deberíamos estar mirando ciertas cosas, o si los chicos con quienes estamos comienzan a hacer algo que no debieran hacer.
Quizá no siempre nos demos cuenta cabal del peligro, ¡pero es una buena idea alejarnos lo más rápido posible! La Biblia dice: "Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio". No te detengas, evita ser picado. Pide a Jesús que te ayude a buscar cosas mejores en la vida.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

SIN PREOCUPACIONES


Aarón puso el maná ante el arca del pacto, para que fuera conservado como se lo ordenó el Señor a Moisés. Comieron los israelitas maná cuarenta años, hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán, que fue su país de residencia. Éxodo 16:34-35.

Cada mañana al levantarme podía observar a una pequeña e inquieta avecilla que revoloteaba alrededor de la ventana de mi cocina. Poseía un plumaje multicolor que la hacía doblemente hermosa; yo la conozco como colibrí, y sé que en algunos lugares la llaman «picaflor» o «chupamirto».
Era un espectáculo que alegraba mis mañanas y como no quería que se terminara nunca, por sugerencia de mi esposo fui a la tienda de mascotas y compré un comedero para aves. Lo colgué en la ventana y lo llené de agua con azúcar. Cuando mi «amiguita» se dio cuenta del banquete que estaba a su disposición disfrutó plenamente de él, y no solo eso, sino que pronto trajo consigo a otros «convidados». Cada mañana, sin faltar una sola, todos acudían al comedero, seguros de que lo encontrarían lleno de alimento. ¡Qué delicia para ellos, y qué delicia para mí!
Entonces me puse a pensar en las palabras del Señor cuando dijo: «¿No se venden cinco gorriones por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. Así mismo sucede con ustedes: aun los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones» (Luc. 12:6-7). ¡Sí! Realmente así es. Somos tan importantes para Dios que él sabe cuáles son todas nuestras necesidades y está listo para satisfacerlas. ¿Por qué, entonces, vivimos cargadas de preocupaciones? ¿Por qué nuestra confianza en él es tan poca que incluso llegamos a dudar de sus promesas?
Los pajarillos de mi ventana tienen que hacer solamente una cosa para satisfacer su necesidad de alimento: ¡Salir a buscarlo! Lo demás corre por mi cuenta. Exactamente lo mismo sucede con Dios con respecto a nosotros, sus hijos.
En este día te invito a que imites a las avecillas. Confiemos en que Dios satisfará nuestras necesidades. Nuestro deber consiste únicamente en trabajar con laboriosidad, diligencia y responsabilidad, usar nuestros recursos con sabiduría y conservar una actitud de alegría en el corazón, al reconocer que somos hijas de Dios y que el Padre celestial jamás nos abandonará.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

LA PEQUEÑA LOCURA DE CIRO


Las moscas muertas apestan y echan a perder el perfume. Pesa más una pequeña necedad que la sabiduría y la honra juntas (Eclesiastés 10:1).

Ciro el Grande pasó a la historia como el prototipo del monarca sabio y magnánimo. Pero una pequeña locura, un simple acto de soberbia, manchó su registro y le costó la vida.
En el año 539 a. C. Ciro formó un inmenso ejército y marchó contra su abuelo Astiages, rey de los medos. Lo derrotó con facilidad y se hizo coronar rey de Media y de Persia. En rápida sucesión obtuvo victoria tras victoria: derrotó a Creso, rey de Lidia y marchó sobre Babilonia y la aplastó ese mismo año. Ahora era Ciro el Grande, soberano del mundo.
Después de apoderarse de las riquezas de Babilonia, Ciro puso su mirada en el este, en las tribus bárbaras de los masagetas. Los masagetas, tribu feroz y guerrera, estaban gobernados por la reina Tomiris. Los masagetas carecían de riquezas, pero Ciro decidió atacarlos, pues se creía invencible.
Cuando Ciro llegó al río Araxes, frontera de los masagetas, recibió una carta de la reina Tomiris que decía: «Rey de los medos, te aconsejo abandonar tu empresa, porque no sabes si al final producirá algún beneficio. Gobierna a tu propio pueblo y procura aceptar que yo gobierne el mío. Pero supongo que rechazarás mi advertencia, dado que lo último que deseas es vivir en paz».
Ciro se valió de un ardid para derrotar al ejército masageta. Como sabía que no conocían los lujos, dispuso un elegante banquete, dejó todo a cargo de un pequeño destacamento y se retiró. Los masagetas, vinieron, derrotaron al pequeño destacamento y comieron hasta hartarse de las delicias del banquete. Naturalmente, se durmieron. Ciro vino y derrotó a todo el ejército y tomó prisionero al general en jefe, que era hijo de la reina Tomiris.
La reina le escribió a Ciro: «Devuélveme a mi hijo; si no, juro por el sol que te daré a beber más sangre de la que puedas beber, por mucha que sea tu avidez».
Ciro se negó a liberar al joven, quien se suicidó. La noticia de la muerte de su hijo llenó de ira a la reina Tomiris. Convocó a todo su pueblo a una guerra sangrienta. Los masagetas vencieron. Ciro murió. Tomiris le cortó la cabeza y la sepultó en un barril lleno de sangre humana para cumplir su amenaza. Es la tragedia de Ciro. Un solo acto de arrogancia deshizo todos sus logros.
Ten cuidado, no dejes que la arrogancia opaque todo lo bueno que has hecho hasta ahora.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

"TENGO MUCHAS COSAS QUE DECIROS"


Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad. Juan 16:12,13.

El Señor Jesús tenía verdades preciosas para revelarles a sus discípulos, pero no podía explicárselas hasta que ellos estuvieran en una condición de comprender el significado de lo que él deseaba enseñarles...
Aunque él reveló cosas grandes y maravillosas a las mentes de sus discípulos, dejó mucho sin decirles que ellos no habrían comprendido. En su última reunión con ellos antes de su muerte, les dijo: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar"... Las ideas mundanas, los asuntos temporales, ocupaban un lugar tan grande en su mente que no podían entender la naturaleza exaltada, el carácter santo de su reino, aunque él lo expusiera claramente ante ellos. Por causa de su interpretación anterior y errónea de las profecías, debido a las costumbres y tradiciones humanas presentadas e impulsadas por los sacerdotes, sus mentes se habían confundido y endurecido contra la verdad.
¿Qué es lo que Cristo retuvo porque no podían comprenderlo? Las verdades más espirituales y gloriosas concernientes al plan de redención. Las palabras de Cristo, que el Consolador traería nuevamente a sus mentes después de su ascensión, los condujeron a un pensamiento más concienzudo y una oración más ferviente que los ayudara a comprender sus palabras y darlas al mundo. Solo el Espíritu Santo podía habilitarlos para apreciar el significado del plan de redención. Las lecciones de Cristo, llegadas al mundo por medio del testimonio inspirado de los discípulos, tienen un significado y un valor mucho mayores que lo que les otorga el lector casual de las Escrituras. Cristo buscaba simplificar sus lecciones por medio de ilustraciones y parábolas. Habló de las verdades da la Biblia como de un tesoro oculto en un campo, que cuando un hombre lo encuentra, va y vende todo lo que tiene y compra el terreno. El describió las gemas de la verdad, no como que se encuentran directamente en la superficie, sino sepultadas en lo profundo de la tierra; tesoros ocultos que deben buscarse.  Debemos cavar en busca de las preciosas joyas de la verdad, como un hombre cavaría en una mina.
Al presentar la verdad a otros, debemos seguir el ejemplo de Jesús. Review and Herald, 14 de octubre de 1890.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White