sábado, 16 de febrero de 2013

EL FUTURO


Lugar: Escocia
Palabra de Dios:  Daniel 2:27,28.

Jack McCullough tenía algunas ideas extrañas. Él se imaginaba cosas inusuales, como relojes digitales, trenes bala de alta velocidad, televisores y carros de golf sin conductores. Probablemente, te estés preguntando qué tiene de extraño todo esto. La cuestión es que Jack McCullough era un jugador de golf escocés que vivió en el siglo XIX, mucho antes de que alguien hubiera inventado cualquiera de todas estas cosas.
El señor McCullough mencionó estas cosas en un libro que publicó en 1892. Era una historia imaginaria sobre un personaje que se quedaba dormido ese año y despertaba 108 años más tarde, en el año 2000. El libro tenía un título largo: Golf en el año 2000, o a lo que vamos a llegar.
El libro era poco conocido hasta que alguien, hace poco, lo tomó y descubrió que algunas de las cosas de las cuales el señor McCullough había escrito ahora existían. Y, aunque al autor había estado utilizando simplemente su imaginación para escribir una historia inventada, los titulares de los diarios informaron: "Golfista británico del siglo XIX predice el futuro"; y su libro se vendió, en un remate en enero de 2005, a 1.200 libras inglesas (cerca de 2.200 dólares).
Imagina lo que sucedería si el autor realmente pudiera decirte lo que ocurrirá en el futuro. Ese libro valdría mucho, ¿no es verdad? Esa es una de las razones por las cuales la Biblia es tan valiosa. El Autor de ese libro es el único que conoce el futuro. Cuando el rey Nabucodonosor tuvo un sueño acerca de reinos futuros, Daniel le explicó: "-No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino, que pueda explicarle a Su Majestad el misterio que le preocupa. Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Ese Dios le ha mostrado a usted lo que tendrá lugar en los días venideros".
La Biblia es un libro valioso para que leas. No es una historia inventada: es la Palabra de Dios. Así que, no dejes tu Biblia en un estante, por allí. Ábrela, y lee lo que Dios tiene reservado para tu futuro.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

VIVIR EL VERANO EN INVIERNO


Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. Eclesiastés 3:1.

Un sentimiento de derrota invade a muchas mujeres al llegar a la madurez. Piensan que los años vividos solamente las han hecho acumular achaques, arrugas y canas. Sin embargo, para los propósitos de Dios, hay muchos placeres aún reservados para ellas en esta etapa de la vida.
Amiga, hagamos nuestras las palabras del salmista: «He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan. Prestan siempre con generosidad; sus hijos son una bendición» (Sal. 37:25-26).
Puede ser que las mujeres jóvenes estén preocupadas por alcanzar metas profesionales, la formación de una familia y la prosperidad material, pero cuando llegamos a la madurez, somos capaces de poner nuestras miras más allá de las fronteras terrenales; podemos vislumbrar el hogar eterno, y comenzamos a sentir nostalgia de él. Esto debiera producir un nuevo gozo y generar nuevas motivaciones.
La experiencia adquirida a través de los años nos pone en condición de guías, mentoras y orientadoras de las más jóvenes que viven situaciones que para nosotras no son extrañas. Los años vividos no solamente nos hacen acumular experiencia, sino que también nos proveen herramientas y armas eficaces que podemos compartir. La Palabra de Dios nos hace la siguiente exhortación: «Las ancianas [...] deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la Palabra de Dios» (Tito 2: 3-5).
Seamos para las generaciones de mujeres jóvenes modelos de belleza; la belleza interna también debe estar acompañada de belleza exterior. El atuendo del alma, así como el atuendo del cuerpo, debe ser digno de una mujer que, sin importar la edad que tenga, se reconoce como hija de Dios, con desafíos que enfrentar, proyectos que llevar adelante y que en todo momento muestra la alegría de disfrutar los años de vida que Dios, en su infinita misericordia, le ha dado.
Las que hemos pasado ya el verano de la vida hemos de aprender a descubrir y disfrutar las delicias del otoño, y a damos cuenta de que, si cumplimos la misión y no perdemos la visión, pronto viviremos una primavera eterna junto a nuestro Padre celestial.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

MATEMÁTICAS DEL DIVORCIO


Más vale comer verduras sazonadas con amor que un festín de carne sazonada con odio (Proverbios 15:17).

John Gottman publicó un ensayo titulado The Mathematics of Divorce [Las matemáticas del divorcio]. Es un análisis riguroso y preciso de las relaciones de pareja, que, después de analizar una conversación entre ellas durante quince minutos (como te comenté ayer), le ha permitido predecir con un noventa y cinco de precisión qué parejas se divorciarán en un lapso de quince años.
Lo que John mide no es el contenido de la conversación sino cómo se desarrolla esa conversación. Todas las parejas tienen que discutir temas negativos. Lo importante es que tal discusión sea hecha de forma positiva. Si tienes novio o novia, o ya te casaste, analiza el tono de tu conversación. Es triste, pero muchas parejas de novios no saben conversar. De hecho, debido a que muchas de sus conversaciones se tornan negativas, prefieren no conversar, sino hacer cosas o ir a lugares para distraerse y no tener que hablar. Y cuando los novios no invierten suficiente tiempo en comunicarse, entonces entran en un área de alto riesgo: comenzar a fundamentar su relación en besos y caricias, lo cual puede conducir a relaciones sexuales. Esas relaciones están destinadas al fracaso. Existe atracción pero no hay amor.
¿Te das cuenta de la importancia de saber expresarte bien? Es posible que estés muy enamorado de una persona, pero no saber articular dichos sentimientos puede ser fatal para tu relación sentimental. El contenido de una conversación revela lo que un individuo es. A veces las apariencias engañan. Pero es así como se conoce a las personas.
Lo mismo pasa en nuestra relación con Jesucristo. Muchos jóvenes únicamente quieren entretenerse con un buen programa de iglesia. Buena música, buenos sermones, una comunidad cariñosa, el compañerismo de amigos cristianos, etcétera... Pero no saben conversar con Jesús. No tienen una relación personal. Cuando se arrodillan para orar consideran que están frente a un desconocido y les resulta una experiencia extraña. También en este caso existe atracción, pero no hay amor. Lógicamente, esa relación tiene muchas posibilidades de fracasar. ¿Cómo estás tú? ¿Qué clase de contenidos tiene tu oración?
La buena noticia es que Jesús está dispuesto a escucharte en todo momento. Empieza hoy mismo. Necesitas fortalecer tus vínculos con él. De otra manera, tarde o temprano te alejarás de su presencia. Recuerda que el amor es como una planta que se debe cultivar.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

ATRIBUTOS CELESTIALES


Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Juan 17:17.

Cada momento de nuestro tiempo de prueba es precioso, porque es nuestro tiempo para la edificación del carácter. Debemos prestar diligente atención al cultivo de nuestra naturaleza espiritual. Debemos guardar nuestros corazones, guardar nuestros pensamientos, a menos que la impureza contamine el alma. Debemos intentar mantener cada facultad de la mente en la mejor condición posible, para que sirvamos a Dios hasta el alcance de nuestra habilidad...
Tenemos una obra que hacer en este mundo, y no debemos permitirnos llegar a ser egocéntricos, y así olvidar las exigencias de Dios y la humanidad para con nosotros. Si buscamos a Dios fervientemente, él nos impresionará por su Santo Espíritu. El sabe lo que necesitamos, porque él conoce todas nuestras debilidades, y él quisiera que obremos aparte del yo, para que lleguemos a ser amables en palabra y obra. Debemos cesar de pensar y hablar del yo, de hacer de nuestras necesidades y deseos el único objeto de nuestros pensamientos. Dios quiere que cultivemos los atributos del cielo...
Cuan pacientemente debiéramos soportar las faltas y los errores de nuestros hermanos, al recordar cuan grandes son nuestros propios fracasos a la vista de Dios. ¿Cómo podemos orar a nuestro Padre celestial, "perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores", si somos denunciadores, resentidos, exigentes en nuestro trato con los demás? Dios desea que seamos más bondadosos, más benignos y amables; menos criticadores y suspicaces. ¡Oh, si pudiéramos tener el espíritu de Cristo y saber cómo tratar a nuestros hermanos y vecinos!...
Hay muchos entre nosotros que profesan ser seguidores de Cristo y quienes buscan excusar sus propios defectos magnificando los errores de los demás. Debemos copiar el ejemplo de Jesús, porque cuando fue injuriado, él no injurió, sino que se encomendó a Aquel que juzga con justicia... Él era la Majestad del cielo, y en su pecho puro no había lugar para el espíritu de la venganza, sino únicamente para la compasión y el amor...
Quizá no recordemos algunos actos de bondad que hayamos hecho; quizá se borren de nuestra memoria. Pero la eternidad traerá en todo su esplendor cada acto realizado por la salvación de las almas, cada palabra hablada para animar a los hijos de Dios. Y estas cosas realizadas por amor de Cristo serán una parte de nuestro gozo a través de toda la eternidad.— Review and Herald, 24 de febrero de 1891; parcialmente en lugares celestiales, p. 230.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White