lunes, 4 de febrero de 2013

BIBLIA ESCONDIDAS – PRIMERA PARTE


Lugar: Vietnam
Palabras de Dios: Lucas 4:4

Cuando Satanás tentó a Jesús, él le respondió: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda la palabra de que sale de la boca de Dios”. 
A Linh, la pequeña de diez años, les gustaba mucho leer la palabra de Dios, pero, en su país, la gente no tenía libertad para adorar a Dios.  Por esta razón, la familia de Linh mantenía la Biblia escondidas en su casa. 
El papá de Linh era pastor de una iglesia subterránea; un grupo de cristianos que se reunían secretamente para adorar a Dios.  Un día, la policía entró por la fuerza en su hogar.  La niña podía oírlos, en la habitación de al lado, interrogando a su mamá y a su papá. 
- ¿Dónde están las Biblias?  - Exigían.
Linh sabía que pronto comenzarían a revisar la casa.  “Tengo que hacer algo”, pensó.  “No puedo dejar que se lleven todas nuestras Biblias”. 
Yendo rápidamente hasta uno de los escondites, Linh sacó una Biblia y la metió en su mochila.  Luego, tomó otra y otra, llenando su mochila con todas las Biblias que pudo poner dentro.
Cuando estaba cerrando su mochila, uno de los policías entró en su habitación.  Linh se quedó muy quieta, esperando que el oficial la dejara tranquila.  “Señor, por favor, guarda estas Biblias”. Oró.  El corazón le comenzó a latir más rápidamente cuando el hombre recorrió la habitación con su mirada y sus ojos se detuvieron en la mochila.
- ¿Qué hay en la mochila? – Preguntó.
Linh vaciló. ¿Qué podía decirle?  Entonces, se le ocurrió una idea. 
- Hay… hay libros para niños – respondió.
El hombre la miró inquisitivamente, y luego la dejó ir.  Linh soltó un suspiro de alivio, mientras se alejaba.  Las Biblias estaban a salvo.  Y su familia y sus amigos continuaron leyendo la Palabra de Dios y aprendiendo más acerca de él.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

ANTE EL MURO DE LAS LAMENTACIONES


Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel.  Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor.  Hebreos 11: 28-30.

Hace algunos años estuve de pie frente al Muro de las Lamentaciones en Jerusalén. El día era frío y lluvioso, todo estaba envuelto en una densa bruma y me pareció triste cuando observé, en la sección permitida a las damas, cómo varias mujeres cubiertas con túnicas negras lloraban mientras golpeaban sus frentes contra el muro, con las manos cruzadas sobre el pecho. Musitaban oraciones que únicamente ellas podían oír, y después de un largo tiempo, una a una abandonaban el lugar con los ojos enrojecidos y la mirada perdida. No sé si era una mirada de paz o de resignación.
Mujeres lejanas a nosotras, quizás por su entorno cultural y sus creencias, pero en el fondo mujeres iguales que tú y que yo, con profundas necesidades emocionales y espirituales, y que necesitan a un Dios poderoso que les dé socorro en momentos de angustia, y fortaleza para caminar hacia adelante hasta alcanzar la meta.
Al mirar y tocar ese muro, recordé la hermosa promesa del Señor, registrada en el libro del profeta Isaías: «Tus muros siempre los tengo presentes» (49:16). Entonces pensé: «¡Qué maravilla! ¡Yo no tengo que golpear mi cabeza contra mis muros, porque mi Señor va delante de ellos!».
Esta también es una gran noticia para ti. Dios promete ir delante de ti, derribando tus traumas, tus miedos, tus culpas, tus tristezas, tus complejos, todo lo que te impida llegar a ser la mujer que anhelas ser y que Dios desea que seas.
Recuerda esta otra promesa del Señor: «Marcharé al frente de ti, y allanaré las montañas; haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro. Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llama por tu nombre» (Isa. 45:2-3).
Si en nuestro paso por la vida caminamos sin Dios, nos enfrentaremos solas a nuestros «muros existenciales», y seguramente saldremos lastimadas; pero, aferradas a las promesas de Dios, saldremos coronadas de gloria. ¡Haz la prueba hoy, y lo descubrirás por ti misma!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

PALACIOS, TEMPLOS Y CASAS DE PLACER,- 2


Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: «Castigaré al rey de Babilonia y a su país como castigué al rey de Asiría» (Jeremías 50: 18).

El centro de la gloria de Babilonia era la famosa torre Etemenanki, «El templo de la creación del cielo y de la tierra», que tenía una base cuadrada de 90 metros de ancho y más de 90 metros de altura. Este grandioso edificio solo era sobrepasado en altura en tiempos antiguos por las dos grandes pirámides de Guiza en Egipto. Es probable que la torre fuera construida en el lugar donde una vez estuviera la torre de Babel. La construcción de ladrillos tenía siete niveles, de los cuales el más pequeño y más elevado era un santuario dedicado a Marduk.
Los palacios de Babilonia revelaban un lujo extraordinario, tanto por su número como por su tamaño. Durante su largo reinado de 43 años, Nabucodonosor construyó tres grandes palacios. Uno es conocido como Palacio de Verano. Otro gran palacio, al cual los excavadores dan ahora el nombre de Palacio Central, estaba fuera del muro norte de la ciudad interior. Este también fue construido por Nabucodonosor. Los arqueólogos hallaron este gran edificio sumamente desolado, con excepción de una parte del palacio, el «museo de antigüedades». Aquí se habían coleccionado y puesto en exhibición objetos valiosos del memorable pasado de Babilonia, como estatuas antiguas, inscripciones y trofeos de guerra, con el propósito de que «los hombres contemplen», como expresara Nabucodonosor en una de sus inscripciones.
El Palacio del Sur estaba en el rincón noroeste de la Ciudad Interior e incluía, además de otros edificios, los famosos jardines colgantes, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Un gran edificio cóncavo estaba coronado por un jardín, en la azotea, regado por un sistema de cañerías por donde el agua era bombeada hacia arriba. Nabucodonosor construyó este maravilloso edificio para que su esposa de origen medo tuviera un sustituto de las colinas arboladas de su tierra natal, porque las echaba de menos.
No se puede describir la grandeza de Babilonia. Dios la redujo a polvo por su orgullo y rebelión. La lección es para nosotros. Cuando Jesucristo está ausente del corazón, el orgullo y el egoísmo dominan la vida. Entonces el lema de la existencia es: «Primero yo, después yo y al final yo». Al ser humano le es imposible vencer por sí mismo el orgullo, requiere de un poder sobrenatural. ¿Por qué no invitas al Espíritu Santo para que descienda sobre tu vida esta mañana?

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

FALSA SANTIFICACIÓN


Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Apocalipsis 3:17.

Estimado hermano: Nos duele enterarnos de la condición del hermano B [A. W. Bartlett], y saber que Satanás lo está empujando para que cause insatisfacción en la Asociación de Indiana bajo el pío disfraz de la santidad cristiana. Tanto usted como nosotros creemos plenamente que es necesaria la santidad de la vida para capacitarnos para la herencia de los santos en luz. Argüimos que este estado debe alcanzarse según la Biblia. Cristo oró para que sus discípulos fueran santificados a través de la verdad, y los apóstoles predicaron de la purificación de nuestro corazón por la obediencia a la verdad.
La iglesia profesa de Cristo está llena de un elemento espurio, y una evidencia clara de esto es que a medida que los miembros beben más del espíritu de la santificación popular, menos aprecian la verdad presente. Muchos de los que han sido oponentes abiertos del sábado de Dios, el mensaje de los tres ángeles y la reforma prosalud, se encuentran entre los "santificados". Algunos de ellos han llegado a la conclusión casi desesperada de que no pueden pecar. Por supuesto, estos ya no necesitan la oración del Padrenuestro, que nos enseña a orar por el perdón de nuestros pecados, y muy poco necesitan de la Biblia, ya que profesan ser guiados por el Espíritu...
¡Qué terrible engaño! Creen que están completos en Cristo, y no saben que son miserables, ciegos, pobres y desnudos...
Advertimos a nuestros hermanos de la Asociación de Indiana y de otras partes: Nuestra posición siempre ha sido que la verdadera santificación, que soportará la prueba del juicio, es la que viene a través de la obediencia a la verdad y a Dios...
Dios dirige a un pueblo, pero Satanás siempre ha hecho el esfuerzo de inducir a ciertas personas para que juzguen contra el juicio del cuerpo [de la iglesia], y apartarlos así del cuerpo y llevarlos a la ruina segura. Así es como han caído almas engañadas a lo largo de la historia del mensaje del tercer ángel. Quienes son guiados por el fanatismo se sentirán gradualmente en armonía con los que rechazan enteramente la verdad, y a menos que pueda detenerse su proceder, tarde o temprano estarán en las filas de nuestros opositores más fieros. (Carta firmada por Jaime White y Elena G. de White).— Review andHerald, 6 de junio de 1878.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White