jueves, 17 de enero de 2013

PIEDRA, PAPEL O TIJERA

Lugar: Carolina de Norte, EE. UU.
Palabra de Dios: Filipenses 2:14,15.

Acababa de acomodarme en mi asiento cuando oí una conmoción en el pasillo. Levantando la vista, vi a una mujer, de mediana edad, corriendo por el avión. Se detuvo unas dos hileras delante de mí y, con el ceño fruncido, fulminó con la mirada al hombre que estaba allí sentado.
-Está en mi asiento -lo acusó en voz alta.
Todo el mundo dentro del avión se quedó en silencio.
La mujer se sentó resoplando, sin siquiera agradecer al hombre, que se cambió de asiento. Murmuró algo por lo bajo, acerca de cuan incompetentes eran algunas personas y cuan cansada estaba ella de viajar. Me retorcí, incómoda, en el asiento. El aire se sentía tenso.
Luego, otro pasajero entró casi corriendo en el avión y se dirigió hacia el fondo, observando los números de asientos mientras pasaba.
-Discúlpeme -oí que le decía el hombre a otro pasajero-. Creo que está usted en mi asiento.
"¡Oh, no; no de nuevo!" pensé, preparándome para otra descarga de palabras mordaces, quejas y murmuraciones. En lugar de ello, me sorprendió gratamente lo que escuché a continuación.
-Le diré lo siguiente -dijo él-: me sentaré aquí, detrás de usted; quizás este asiento no esté ocupado. Pero, si se ocupan todos los asientos, tendremos que decidirlo jugando a piedra, papel o tijera.
Los dos hombres se rieron. Yo me uní a ellos, al igual que todos los que estaban a corta distancia. La atmósfera se había vuelto cordial y agradable una vez más.
Mientras me reclinaba en el asiento, lista para disfrutar del vuelo, me di cuenta de cómo la actitud, las palabras y las acciones de una persona pueden tener una gran influencia sobre todos los que están alrededor. Y pensé que es por eso que la Biblia dice: "Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento". Nuestra actitud puede marcar una diferencia en nuestro entorno.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

AUNQUE TE RÍAS

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. Filipenses4:19

Cuando Sara se rió, dudando de la promesa de Dios que le aseguraba daría a luz un hijo, lo hizo basada en conceptos humanos. Pensó: «¿Cómo podré ser madre ahora que estoy vieja, cuando la costumbre de las mujeres ya ha cesado en mí?». Frente a esta reflexión, su risa pareció ser una respuesta bastante lógica; y cualquiera que lo piense así estaría de acuerdo con ella.
Durante años Sara había deseado ser madre, y al no conseguirlo, trató de ayudar a Dios entregando su esclava a su esposo, con el fin de que esta concibiera en su lugar. Cuando finalmente vio fracasar todas sus gestiones en pro de su maternidad, se resignó. Fue entonces, frente a su fracaso, cuando entró Dios en el escenario de su vida, con una promesa maravillosa. Promesa que en el tiempo justo se convirtió en realidad: «Sara quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham en su vejez. Esto sucedió en el tiempo anunciado por Dios» (Gen. 21:2).
Me alegra y me llena de paz saber que mis pensamientos son tan limitados frente a los pensamientos de Dios. Es consolador tener la certeza de que Dios es un ser supremo que está sobre mis expectativas y mis imposibles. A pesar de esto, a veces somos rápidas y dudamos de su poder. Medimos a Dios con la medida de nuestra incredulidad y, al hacerlo, no le permitimos actuar en nuestra vida, limitamos su poder y, aunque pudiéramos ser receptoras de grandes milagros, no suceden por nuestra corta visión y nuestra poca fe.
Dios espera que, en medio de un mundo incrédulo, sus hijas desarrollemos confianza en él. Una confianza que no obstaculice los milagros que desea realizar en nosotras. Para lograrlo es necesario que seamos sensibles frente a los milagros que diariamente ocurren y que no sabemos apreciar. La vida que nos concede es el mejor y mayor milagro que sucede todos los días. Cada latido del corazón es la mano de Dios acariciando nuestro corazón, y cada respiración una promesa de vida.
Si te hallas hoy frente a un imposible, como le pasó a Sara, permite que el Señor lo haga posible de acuerdo a su voluntad y a su debido tiempo. Tú solamente aférrate fuerte a tu fe y espera en Dios, que nunca falla.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL ACTO VISUAL ES AÚN UNA AMENAZA

Lamec tuvo dos mujeres. Una de ellas se llamaba Ada, y la otra Zila (Génesis 4:19).

Lamec fue el primer hombre que, según el Comentario bíblico adventista, «pervirtió el matrimonio, tal como fue establecido por Dios, convirtiéndolo en la concupiscencia de los ojos y en la concupiscencia de la carne». Si Lamec fue el sexto hombre después de Adán, entonces la contagiosa enfermedad del pecado se extendió con extrema rapidez, y la corrupción humana se consumó muy pronto.
Los nombres de las mujeres de Lamec sugieren que la razón por la cual buscó dos esposas fue la atracción sexual. Ada significa «adorno», y Zila significa «sombra» o «tintineo». Indudablemente eran muy atractivas.
Además, Lamec ha tenido muchos imitadores. Uno de ellos se llamó Acentus Akuku, oriundo de Kenia. Cuando murió, sus familiares recurrieron a las redes sociales para convocar a todos sus parientes al funeral. Lo que ocurría es que Acentus se había casado con más de cien mujeres y tenía más de doscientos hijos, aunque nadie sabe la cantidad exacta.
A Akuku lo apodaban «Danger» (peligro) y era toda una celebridad en su país. Se casó con su primera esposa en 1939. La segunda llegó poco tiempo después, y así se convirtió en polígamo a la edad de veintidós años. Solo le sobreviven doce de las más de cien esposas que tuvo. Su último matrimonio se celebró en 1992. Debido a la gran cantidad de hijos que engendró, fundó dos escuelas primarias tan solo para educar a su descendencia. Algo similar sucedió con la iglesia a la que asistía la familia.
Para los kenianos, Danger representaba el último gran icono de la masculinidad, porque tenían el mismo concepto incorrecto que existe en otros lugares en cuanto a los varones. Pero la verdad es otra, como dijo en su canción «Hombre» el cantautor mexicano José María Napoleón: «No el que tiene más mujeres, ni el que bebe más y aguanta, sino el que tiene una sola y una sed para calmarla».
Dios creó a una mujer para un hombre. Es la disposición divina para la institución del matrimonio. Cualquier otra fórmula es invención de Lamec y sus seguidores. Y como en el caso de Lamec, toda explicación y justificación de la poligamia es falsa. La única razón básica para practicarla es «la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida».
Casarse legalmente con dos o más mujeres todavía es posible en algunos países. Pero hay quienes viven con muchas mujeres, soñando y fantaseando con toda mujer atractiva que pasa junto a ellos. Cuida tu mente y tu corazón. Recuerda que las decisiones que tomes determinarán tu destino eterno.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

DIOS NOS HABLA

¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Lucas 24:32.

Después de la muerte de Cristo, dos discípulos que iban camino a Emaús desde Jerusalén hablaban sobre las escenas de la crucifixión. Cristo misino se les acercó, sin ser reconocido por los tristes viajeros. Su fe había muerto con su Señor, y sus ojos, enceguecidos por la incredulidad, no reconocieron a su Salvador resucitado. Jesús, al caminar a su lado, anhelaba revelarse a sí mismo ante ellos, pero se dirigió a ellos meramente como compañeros de viaje y les preguntó: "¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?" Sorprendidos por la pregunta, le preguntaron si era extranjero en Jerusalén y si no había oído que un profeta, poderoso en palabra y obra, había sido crucificado. "Nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel", contestaron con tristeza.
"¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! —dijo Jesús— ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían" (Lúe. 24:13-27).
Los discípulos habían perdido de vista las preciosas promesas conectadas con las profecías de la muerte de Cristo, pero cuando estas fueron traídas a la memoria, la fe revivió; y después que Cristo se les reveló, exclamaron: "¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?"...
Si escudriñáramos las Escrituras, nuestro corazón ardería dentro de nosotros a medida que la verdad revelada en ellas se abriera a nuestra comprensión. Si reclamáramos las preciosas promesas repartidas como perlas a lo largo de los Escritos Sagrados, nuestras esperanzas se iluminarían. Si estudiáramos la historia de los patriarcas y profetas, hombres que amaban y temían a Dios y caminaban con él, nuestras almas brillarían con el espíritu que los animó a ellos...
Algunos preguntan: ¿Cuál es la causa de la carencia de poder espiritual en las iglesias? La respuesta es: permitimos que nuestra mente sea apartada de la Palabra. .. La Palabra del Dios viviente no ha sido meramente escrita, sino hablada. Es la voz de Dios que nos habla, tan ciertamente como si pudiéramos escucharla con nuestros oídos. Si advirtiéramos esto, con cuánta reverencia abriríamos la Palabra de Dios, con cuánto fervor estudiaríamos sus páginas.— Review and Herald, 31 de marzo de 1903.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White