jueves, 3 de enero de 2013

ALDEA DE BANDIDOS

Lugar: India
Palabra de Dios: Isaías 1:18.

Ladrones, eso es lo que eran, cada uno de los habitantes de la aldea.  Los oficiales del gobierno se habían cansado de intentar mantener las cosas bajo control. La gente siempre estaba metida en problemas y, como eran tantos, era difícil hacer algo. Finalmente, los oficiales decidieron que lo único que podían hacer era destruirla aldea. De esa manera, sus habitantes se desparramarían.
Pero, antes de tener la oportunidad de ejecutar su plan, un grupo de cristianos preguntó si podían ir a trabajar allí.
-No van a conseguir nada de bueno -les dijeron algunos-. Allí, todos son una banda de bandidos.
Pero, los cristianos no se desanimaron. Comenzaron a compartir el amor de Jesús y a hablar a la gente acerca de Dios. El líder de la aldea decidió aceptar a Jesús como su Salvador. Uno por uno, todo el resto siguió su ejemplo y, eventualmente, toda la aldea se hizo cristiana.
Todos vivieron una experiencia que les cambió la vida. Dejaron de robar y de hacer otras cosas malas.
-No va a durar mucho -sostenían los oficiales de gobierno-. Esperen un tiempo; van a volver a hacerlo.
Pero, para su sorpresa, no recibieron más quejas acerca de los aldeanos.
Entonces, un día, uno de los ex ladrones se mudó a otra aldea.
-Vigílenlo con cuidado -avisaron los oficiales, enviando un espía para que lo siguiera.
El espía vio que el hombre llevaba un paquete y pensó que estaba por hacer algo malo. Pero, cuando siguió al hombre hasta su casa, vio que había pedido prestada una Biblia a un vecino cristiano.
Y el hombre estaba leyendo en voz alta del libro de Isaías: "Vengan, pongamos las cosas en claro -dice el Señor-. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!"

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

¿POR QUÉ LEERLA?

Todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Mateo 7: 24-25

Muchos eruditos en literatura aconsejan leer la Biblia, pues la consideran una hermosa pieza literaria, e indudablemente lo es. Pero los beneficios de leerla van mucho más allá de la belleza artística. Si intelectualizamos la Biblia y la consideramos únicamente como un compendio de bellas historias, biografías de personajes interesantes, datos históricos y hermosos cantos y poemas, habremos apreciado apenas la forma. Pero lo que da vida no es la forma, sino lo que se esconde tras ella. Su esencia está en la mano del que dirigió la escritura de cada letra, cada palabra y cada pensamiento: ¡El propio Dios!
Cuando, guiadas por el Espíritu Santo, somos capaces de descubrir a Dios en cada texto de la Escritura, se nos abre la puerta a una esfera de relación con él que ninguna otra relación podrá sustituir. Dios, por medio de su Palabra, nos habla, nos provee dirección en la toma de decisiones, y nos da una sabiduría que va más allá de las ciencias humanas. De ese modo, nos llenamos de poder para realizar nuestros deberes diarios.
Si entre tus propósitos de año nuevo se encuentra leer toda la Biblia, ¡te felicito! No podrías haber hecho otro mejor. Pero te aconsejo que la leas por las razones correctas. No te quedes nada más en la forma, sé capaz de penetrar hasta donde puedas escuchar la voz de Dios hablando te directamente a ti. Toma cada palabra y cada promesa del Señor y hazlas tuyas. Pon su Palabra en tu corazón y deja que cambie todo aquello que necesite ser transformado.
Haz que la lectura diaria de la Biblia sea para ti un encuentro personal con tu Dios, en el que puedas apropiarte de su poder y obtener nuevas fuerzas para enfrentar los retos que cada día te propone. Tómala como tu libro de consulta para conocer la voluntad de Dios siempre que tengas una situación incierta en tu vida. Deja que el Señor te consuele cuando te sientas agobiada y reclama sus hermosas promesas. Permite que te provea salud mental cuando tus emociones te estén confundiendo y, sobre todo, llénate de su Espíritu Santo cuando seas zarandeada por el mal.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

CÓMO HENRY LOGRÓ CANTAR EN EL CUARTETO

Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante (Salmo 116:1).

Henry Feyerabend, evangelista adventista canadiense de radio y televisión en inglés y portugués, cuenta en su libro Born to Preach [Nacido para predicar] la siguiente historia:
«"Señor, tú has contestado mis oraciones antes", le dije al Señor mientras me arrodillaba en ferviente oración junto a mi cama. Había comenzado el curso escolar.  Todo era nuevo y emocionante... Mi primo Don Neufeld y mi hermana Annamarie enseñaban en la misma institución. Todo parecía estar a mi favor, pero había algo que me faltaba. Algo que yo deseaba más que cualquier otra cosa.
»Cuando llegué al colegio supe que dos talentosos jóvenes, Gery Friesen y Elmer Koronko, querían formar un cuarteto musical masculino para cantar en un programa de radio local y en campañas de evangelización. Sentí que formar parte de aquel cuarteto sería el gozo supremo de mi estancia en un colegio cristiano. Pero había un problema: yo era nuevo, totalmente desconocido y, por lo tanto, un candidato muy improbable. Mi única esperanza radicaba en la intervención divina. Con esto en mente, me arrodillé al lado de mi cama: "Querido Padre que estás en los cielos, mi mayor alegría sería formar parte de ese cuarteto. Ojalá me lo pudieras conceder..."
»La puerta de la habitación se abrió de golpe, interrumpiendo mi oración. Ahí estaban de pie tres jóvenes, Gery Friesen, Elmer Koronko y Norman Matiko. "Discúlpanos por interrumpir tu oración. Estamos formando un cuarteto y queremos saber si te gustaría intentarlo, a ver si puedes ser el primer tenor", dijo Gery».
¡Qué emocionante! La respuesta fue inmediata, como la de Daniel cuando pidió la liberación del cautiverio babilónico en Daniel 9:21. Pero ahí no termina el relato, porque hubo muchos otros candidatos que hicieron la prueba. A la semana siguiente Henry vio a los tres jóvenes ensayar con otro primer tenor. Se fue a su cuarto y se arrodilló para orar: «Señor, tú sabes lo duro que es esto para mí. Ayúdame a soportar esta desilusión».
Otra vez se abrió la puerta de golpe y allí estaban los tres muchachos. «Parece que cada vez que venimos a tu cuarto estás orando», dijo Elmer Koronko. Habían ido a decirle que lo habían elegido para ser el primer tenor del cuarteto.
La oración es una de las armas más poderosas que tienes a tu alcance. ¡Úsala! Recuerda que vives en medio de una cruenta batalla y no te puedes permitir el lujo de salir desarmado a luchar.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

COMPRENSIÓN PARA TODOS

La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples. Salmo 119:130.

La Palabra de Dios presenta el medio más poderoso de educación, así como la fuente más valiosa de conocimiento dentro del alcance del hombre. El entendimiento se adapta a las dimensiones de los temas con los que debe tratar. Si se ocupa únicamente de asuntos triviales y comunes, si no se lo emplea paca esfuerzos fervientes a fin de comprender las verdades grandes y eternas, se empequeñece y debilita. De aquí el valor de las Escrituras como un medio de cultura intelectual. Su lectura, con espíritu reverente y disposición a aprender, expandirá y fortalecerá la mente como ningún otro estudio. Llevará directamente a la contemplación de las verdades más excelsas, ennoblecedoras y estupendas que puedan presentarse a la mente humana. Ellas dirigen nuestros pensamientos al infinito Autor de todas las cosas.
Vemos revelado el carácter del Eterno y escuchamos su voz cuando tiene comunión con los patriarcas y profetas. Vemos explicados los misterios de su providencia, los grandes problemas que han demandado la atención de toda mente pensadora, pero que, sin la ayuda de la revelación, trata inútilmente de resolver el intelecto humano. Abren a nuestro entendimiento un sistema de teología sencillo y sin embargo sublime, que presenta verdades que un niño puede entender, pero que son tan amplias como para desconcertar las facultades de la mente más poderosa...
Nuestro Salvador no ignora a los instruidos ni desprecia la educación. Sin embargo, eligió a pescadores incultos para la obra evangélica, porque no habían sido educados en las costumbres falsas y en las tradiciones del mundo. Eran hombres de habilidad natural y poseían un espíritu humilde, susceptible de ser educado; eran hombres a quienes podía educar para su gran obra...
A los cultos abogados, sacerdotes y escribas les fastidiaba ser enseñados por Cristo. Ellos deseaban enseñarle a él, y frecuentemente lo intentaron, pero su único resultado fue ser vencidos por la sabiduría que dejaba al descubierto su ignorancia y reprendía su necedad. En su orgullo y prejuicio, no aceptaban las palabras de Cristo, aunque se sorprendían por la sabiduría con la que hablaba... Pero las palabras y acciones del humilde Maestro, registradas por los compañeros iletrados de su vida cotidiana, han ejercido un poder viviente sobre la mente de hombres y mujeres desde ese entonces hasta el presente.— Review and Herald, 25 de septiembre de 1883; parcialmente en A fin de conocerle, pp. 10, 191.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White