domingo, 15 de julio de 2012

RODILLAS NERVIOSAS


«Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas» (Isaías 35:3, NVI).

¿Alguna vez has estado muy nervioso o has visto a alguien que lo haya estado? Tal vez estaba nervioso por tener que pararse en frente de una multitud de personas. Seguramente estaba sudando y temblando. Tal vez sus rodillas estaban chocando una contra la otra. Nuestra mente hace que nuestro cuerpo haga cosas extrañas cuando estamos nerviosos.
¿Por qué algunas personas se pueden parar en frente de una multitud sin ponerse nerviosas y otras ni siquiera se atreven a pensarlo? Es algo que nuestra mente crea y que se llama preocupación. Pensamos en lo que ocurrirá si decimos algo indebido, si tropezamos y nos caemos o si hacemos algo tonto.
Dios no quiere que pasemos la vida preocupándonos por ese tipo de cosas. Él quiere que confiemos en él. Él es el único, como Isaías nos dice en el versículo de hoy, que puede ayudarnos a afirmar nuestras rodillas temblorosas.
Si te sientes preocupado por el día de hoy, o por el de mañana o por el siguiente, pon tu preocupación en las manos de Dios. Él creó el mundo y él puede ocuparse de tus preocupaciones. Confía en él y tus rodillas dejarán de temblar.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

APOYADOS POR ÉL


El sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas (Salmo 147:3).

¿Has estado alguna vez triste, melancólica, o sin deseos de hacer nada? Cuando me siento así salgo a dar un paseo y me dedico a observar a las personas que pasan por mi lado. Algunas de ellas van corriendo, con la cabeza baja y con el rostro preocupado. En fin, parecen estar ausentes de todo aquello que las rodea, como si en el mundo únicamente existieran las cosas que les preocupan. Sus vidas pueden estar repletas de actividades y compromisos, pero en realidad están vacías.
Una vida se llena con algo más que un buen trabajo, una buena casa, o abundancia de bienes. La plenitud se obtiene cuando te das cuenta de que en este mundo no estás sola y de que hay muchas personas a tu alrededor que necesitan tanto de ti como tú de ellas. El Señor sabe que necesitamos comer, vestirnos y trabajar. La clave es no dejarnos absorber por los afanes al punto de que nos olvidemos de la fuente principal de ayuda que es Dios. Por eso Jesús nos dijo: «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas» (Mat. 6:33).
¿Qué nos quiere decir el Señor con ese texto? Sencillamente que no nos dejemos llevar por los afanes y las preocupaciones hasta el punto de que no tengamos tiempo para él. Dedica a Dios tus primeros momentos del día. Preséntale tus afanes, dejándolos en sus manos; claro está, sin dejar de hacer tu parte. Verás cómo todo cambia, y podrás descansar cada noche. En tu corazón podrás decir: «Invoqué a Jehová y clamé a mi Dios, él oyó mi voz desde su templo» (Sal. 18:6).
La Palabra de Dios nos da el remedio para todo problema. «¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas» (Sant. 5:13). Ojala que en nuestros rostros se puedan observar las muestras del amor más grande que ha conocido el mundo. Que nuestra faz esté llena de alegría, de paz, de amor y que se vea en ella la paz que da Jesús cuando le entregamos el corazón.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Rosita Val

¡CON AMIGOS ASÍ…!


Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder. Proverbios 13:20.

«Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?» Quizás no hay mejor ejemplo para ilustrar este dicho popular que el que nos dan las Escrituras, cuando Amnón, el hijo mayor de David, necesitó la ayuda de su amigo Jonadab.
Cuenta el relato bíblico que Amnón se enamoró perdidamente de Tamar, su medio hermana y hermana de Absalón (ver 2 Sam. 13). El «enamoramiento» de Amnón hacia Tamar fue tal que, según las Escrituras, el joven se enfermó de angustia.
Cierto día Amnón se encontró con su amigo, el astuto Jonadab. Entonces Amnón le «abrió su corazón», a la espera de una palabra de consejo. Y eso fue exactamente lo que hizo su «buen amigo» Jonadab. Solo que su consejo no pudo ser peor: Le aconsejó que se acostara y fingiera estar enfermo para que así pudiera atraer a Tamar a la cama y abusar de ella. Amnón siguió el consejo al pie de la letra (ver vers. 6-8). Le pidió a Tamar que le preparara comida y se la llevara a su cama. Cuando, con toda candidez, Tamar accedió, entonces Amnón «la forzó y se acostó con ella» (vers. 14).
¿No se daba cuenta Jonadab de lo perverso que era su consejo? ¿No se daba cuenta de que, además de perverso, era un plan estúpido? Estamos hablando de la hija del rey y hermana de un príncipe (Absalón). No había la más mínima posibilidad de que Amnón se saliera con la suya. Y así fue. Amnón pagó su infamia con su propia sangre, pues Absalón mandó que lo asesinaran (vers. 23-29).
Por supuesto, la decisión de violar a Tamar fue de Amnón, quien por lo demás no era ningún santo; sin embargo, es de esperar que los buenos amigos nos aconsejen sabia y oportunamente en los momentos de crisis.
Lo más cruel de todo este incidente es que Jonadab no derramó ni una lagrimita por su amigo muerto, cuya ruina él mismo contribuyó a labrar con su perverso consejo. Todo lo contrario. Habló de la muerte de Amnón como una consecuencia natural de haber violado a Tamar (vers. 32). ¡Que cosas tiene la vida!
¿Cuál es la lección? Escoge muy bien a tus amigos porque, tarde o temprano, ellos serán tus consejeros.  Y, con amigos como Jonadab, ¿quién necesita enemigos?
Padre mío, ayúdame a rodearme de amigos que teman y respeten tu nombre.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

«DEJAD A LOS NIÑOS...»


«Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios» (Marcos 10: 14).

Algunas personas creen en el bautismo de los niños. Si, con la ayuda de una concordancia, busca los términos «bautizar» y «bautismo» tal como se usan en la Biblia, descubrirá que el bautismo siempre va acompañado de una enseñanza, de arrepentimiento y de una decisión, cosas estas que ningún niño es capaz de hacer.
Sin embargo, se anima a los padres para que, al igual que hicieron los padres de Jesús cuando habían transcurrido ocho días desde su nacimiento, dediquen sus hijos al Señor. En realidad, la dedicación de un niño es a la vez la dedicación de los padres y del hijo, de modo que los padres piden sabiduría para educar a su hijo en el conocimiento y el amor del Señor.
Las madres llevaban a sus hijos a Jesús para que les impusiera las manos y los bendijera. En la actualidad, ¿cómo pueden los padres traer sus hijos a Jesús?
Una sugerencia es presentarlos a Dios en oración. Deseo fervientemente que los padres y madres que lean este libro oren, o hayan orado, sinceramente por sus hijos y se esfuercen por educarlos para que prefieran morir antes que disgustar al Dios de sus padres. No pidan que sean ricos o famosos, sino que sus nombres estén escritos en el Libro de la vida del Cordero.
Enseñarles la verdad. Haga todo lo posible para que sus hijos asistan a una escuela cristiana, acudan fielmente a la iglesia y, en casa, sean educados en las verdades de la Biblia. Ponga ante su hijo la vida y la muerte, el cielo y el infierno, el juicio y la misericordia, su pecado y la preciosa sangre de Cristo.
Hay quienes dicen: «No hables de Dios a los hijos. Cuando llegue el momento, ya se convertirán a Dios, si tal es su propósito». Es lo mismo que decir: «Si la voluntad de Dios es que ese pedazo de tierra produzca una cosecha, así será. Déjalo y que sea lo que Dios quiera».
Acudir a Cristo es aferrarse a él con las manos y con la fe, mirarlo para obtener vida, perdón, salvación, todo. Con el apóstol podemos ciertamente decir: "No tengo yo mayor gozo que oír que mis hijos andan en la verdad» (3 Juan 4). Basado en Marcos 10:13-16

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill