domingo, 6 de mayo de 2012

LIMPIO Y PURO


«Sus arqueros me rodearon. Sin piedad me perforaron los riñones, y mi hígado se derramó por el suelo» (Job 16:13, NVI).

A mí me encanta tomar agua, ¿y a ti? Que rica es el agua cuando está fresca y limpia. Yo tengo una jarra especial en mi refrigerador que filtra el agua que recojo del grifo, pues el agua de mí casa no sabe tan bien, pero cuando la echo en esta jarra, el filtro hace que sepa deliciosa.
¿Sabías que nosotros también tenemos unos filtros especiales en nuestro cuerpo? Se llaman riñones. Los riñones filtran las sustancias tóxicas que podrían llegar a la sangre. La mayoría de los adultos tienen casi cinco litros de sangre en los conductos que la transportan por todo el cuerpo. Los riñones limpian un litro de sangre cada nueve minutos. Sin duda son unos filtros rápidos y poderosos.
Satanás está tratando de envenenar nuestro mundo con el pecado, pero Jesús no quiere que nosotros caigamos víctimas de su veneno. Si estudiamos la palabra de Dios cada día y permanecemos cerca  de Jesús, él tiene el poder para mantenernos limpios y puros, de la misma manera en que nuestros riñones mantienen nuestro cuerpo limpio y puro. Permanece cerca de Jesús y deja que él «filtre» el pecado de tu vida.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

EL PELIGRO DEL SUEÑO


No lo sorprenderá el enemigo ni hijo perverso lo quebrantará. (Salmo 89:22)

La capacidad de reaccionar con rapidez es un talento maravilloso.  Entre los cojines de un sofá se asomaban unos ojos grandes , negros y vivarachos; unas orejas caídas y una cola en continuo movimiento. Patch tiene apenas unos pocos meses de edad. Es una perra de raza dálmata, de pelaje blanco y con numerosas manchas negras; una cachorra muy escurridiza y astuta.
Carolina, nuestra hija de once años, fue la última en terminar su plato a la hora del almuerzo y por lo tanto al última en levantarse de la mesa. Patch se había sentado en una esquina del sofá y esperaba con impaciencia que Carolina llegara a sentarse a su lado.
Antes de llegar al sofá, Carolina se dirigió a la cocina, abrió el refrigerador y con el cuchillo cortó una loncha de un queso  muy especial. Mientras tanto, la dueña de aquellos ojos negros y vivarachos seguía atentamente los movimientos de Carolina quien, tras tomar el pedazo de queso, se dirigió hacia el sofá, pasando por alto la prohibición de llevar alimentos a la sala.
En lo que Carolina se sentaba, Patch movió su cabeza con rapidez hacia la mano de la niña, arrebatándole el pedazo  de queso con un fugaz movimiento. La perra saltó del sofá y corrió a esconderse debajo de la mesa. El grito de la niña nos alertó, pero ya era tarde. Patch se limpiaba el hocico con la lengua, probablemente saboreando el queso. Se la veía muy satisfecha y sin ningún tipo de remordimiento.
Querida amiga, no permitas que el enemigo te despoje de gozo de sentir compasión por la desgracia ajena, y mucho menos que te despoje de la capacidad de simpatizar con aquellos que sufren. Disfruta de la oportunidad brinda de compartir, de amar y de ayudar. Esas son bendiciones que Jesús ya compartió contigo. No permitas escurridizo enemigo, al igual que la astuta arrebate el galardón que ya tienes en la mano.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Yoela Murillo

¿HÉROES O CELEBRIDADES?


El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Juan 15:13

Hoy día no hay muchos héroes; en cambio, abundan las celebridades. Una celebridad es una persona famosa porque posee atributos de esos que la sociedad valora: inteligencia, belleza, riqueza, habilidades deportivas o artísticas, etc.  Por otra parte, un héroe es una persona a quien admiramos por sus nobles cualidades de carácter o por haber realizado actos valerosos en favor de otro o de su patria.
Una persona puede ser una celebridad simplemente por su hermosura. O por haber heredado una gran fortuna. O por pertenecer a una familia real. Pero no sucede así con los héroes. Las cualidades del héroe no se heredan. Los héroes no nacen, sino que se hacen a fuerza de sacrificio, de abnegación, de valor.
Un buen ejemplo de heroísmo es el de Maximilian Kolbe, un sacerdote prisionero en Auschwitz, ese infame campo de concentración en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.
Maximilian vivía la religión que predicaba. No solo oraba por sus compañeros de presión sino que los atendía y compartía con ellos su comida. Cierto día, un prisionero escapó. Cuando esto sucedía, la costumbre era matar a diez de los que quedaban.  Lo usual era encerrarlos en una celda donde morían de hambre y sed. 
Ya las víctimas habían sido seleccionadas cuando, de pronto, el prisionero número diez comenzó a llorar. «Mi esposa y mis hijos...», dijo, entre sollozos. Maximilian, que no formaba parte del grupo, pidió permiso para hablar con el oficial.
—¿Qué desea? —gritó el soldado, mientras lo apuntaba con su arma.
—Quiero morir en lugar de él —dijo Maximilian, señalando al hombre que lloraba —  Soy viejo y no tengo esposa ni hijos. Él es joven y puede serles más útil que yo.
Durante algunos segundos un silencio tenso dominó el ambiente.  Entonces el oficial respondió:
—¡Petición concedida!
El 14 de agosto de 1941 Maximilian Kolbe prefirió para que otro pudiera vivir.
Héroes como Maximilian no hay muchos; en cambio, abundan las celebridades, los famosos que brillan fugazmente y luego se apagan.
Preocúpate por cultivar los rasgos de carácter que nunca se apagan, esos que Dios aprueba. Los rasgo de carácter que te convertirán en héroe para Dios y que perdurarán por toda la eternidad.
Padre amado, ayúdame a desarrollar las cualidades de carácter que glorifican tu nombre.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

LA SEMILLA


«Después dijo Dios: "Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra". Y fue así» (Génesis 1:11).

Hace un tiempo, a mi nieto le compré una maceta, una bolsa de tierra y varias semillas de girasol. Lo ayudé a poner las semillas en la tierra y luego esperamos unas semanas; pero no creció nada. ¿Cuál era el problema? ¿Las semillas estaban mal? ¿O quizá tan magros resultados tenían que ver con que se le olvidara regarlas y ponerlas al sol?
Piense en el gran potencial contenido en una pequeña semilla. Con tan solo un puñado de pepitas de manzana ya se puede hablar de la posibilidad de un manzanar entero.
«Cada semilla tiene en sí un poder germinador. En ella está encerrada la vida de la planta. Así hay vida en la Palabra de Dios. Cristo dice: "Las palabras que yo os he hablado, son espíritu, y son vida". "El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna" (Juan 6:63; 5:24). En cada mandamiento y en cada promesa de la Palabra de Dios se halla el poder, la vida misma de Dios, por medio de los cuales pueden cumplirse el mandamiento y la promesa. Aquel que por la fe recibe la palabra, está recibiendo la misma vida y carácter de Dios. Cada semilla lleva fruto según su especie. Sembrad la semilla en las debidas condiciones, y desarrollará su propia vida en la planta. Recibid en el alma por la fe la incorruptible simiente de la Palabra, y producirá un carácter y una vida a la semejanza del carácter y la vida de Dios» (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 19,20).
Hace unos años, en las profundidades de una pirámide de Egipto, se encontró una semilla. Se calculó que tenía unos tres mil años de antigüedad. Los arqueólogos la plantaron para ver si crecía y se reproducía... ¡y lo hizo!
La semilla de la Palabra esconde un asombroso potencial. Dios dice: «Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié» (Isa. 55:11).
¿En su corazón vive y crece la semilla de la Palabra? Basado en Mateo 13:1-9

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill