domingo, 12 de febrero de 2012

PEQUEÑOS Y VALIENTES SOLDADOS

«El sacerdote deberá examinar la llaga en lo piel, y si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco y la llaga se ve más hundida que la piel, seguramente es llaga de lepra. Luego que el sacerdote haya examinado a esa persona, declarará impura» (Levítico 13:3).

¡Ay! No me gusta cuando me corto o me rasguño y las heridas se infectan y se ponen blancas y pegajosas. ¿Sabes por qué las heridas a veces se ponen blancas? Caminemos hasta la carpa del médico y preguntémosle.
El doctor dice que cuando una herida se pone blanca es porque el cuerpo ha enviado a sus pequeños soldados, los glóbulos blancos. Ellos luchan duramente para derrotar a los invasores que han entrado por la herida de tu piel. Los glóbulos blancos disparan» anticuerpos para matar a los gérmenes que pueden causar que te enfermes o que tu herida se infecte. Si no tuvieras glóbulos blancos, te la pasarías enfermo todo el tiempo y finalmente morirías.
Satanás quiere hacernos daño. Él no quiere que seamos amigos de Dios. Él quiere llenarnos de pecado e infectar nuestra mente. Nosotros debemos combatir con el enemigo, permaneciendo al lado del doctor Jesús. Lee la Palabra de Dios y habla con él diariamente para que la infección del pecado no impida que puedas disfrutar de tu amistad con Jesús.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

UNIÓN Y ARMONÍA

Ruth respondió: «No me niegues que te de je y me aparte de ti, porque adondequiera que tú vayas, iré yo, y dondequiera que viva viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios» (Rut 1: 16).

Cada otoño se puede observar en algunas regiones de Norteamérica la emigración de los gansos. Estas aves se dirigen a lugares menos fríos con el fin de pasar el invierno. Vuelan formando una V, lo cual es bastante interesante.
Se ha comprobado que cuando cada ave bate sus alas produce un movimiento en el aire que ayuda al compañero que está detrás. Al volar en forma de V, la bandada es mucho más eficiente que si cada ave lo hiciera por sí sola. Si un ganso abandona la formación notará de inmediato la resistencia del aire. Al darse cuenta de que requiere más esfuerzo volar de manera independiente regresará a la formación con el fin de beneficiarse del esfuerzo realizado por el compañero que está delante de él. Si el puntero del grupo se cansa, pasará a uno de los lugares de atrás para que otra de las aves tome su lugar. Los gansos te mantienen graznando para alentarse mutuamente y para mantener un ritmo apropiado.
El vuelo de los gansos es una evidencia de la sabiduría del Creador. Asimismo, la unidad de la iglesia debe ser también una muestra convincente de que Dios ha enviado al mundo a Jesús. Ese es un argumento que los incrédulos no pueden refutar, es por ello que Satanás trata de impedir la unión y armonía en la iglesia y en los hogares. Intenta que la apostasía, la disensión y la contienda entre los que profesan ser cristianos, impacte a los no creyentes para que continúen en su indiferencia.
Observemos el instinto que, en su sabiduría, Dios puso en los gansos. Testifiquemos acerca de nuestra fe buscando la unidad. Mantengámonos unidas para animarnos y apoyarnos, dando buen testimonio de lo que creemos. Practiquemos el espíritu del cielo y olvidemos nuestras diferencias, formemos un grupo unido, enfrentando toda situación, por adversa que sea. Tomemos en cuenta los sentimientos ajenos. Ojalá que seamos una bendición para quienes nos rodean y que hagamos del paso de los años algo placentero.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Edilma E. Balboa

SE LE QUITÓ LA BORRACHERA

Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes. Isaías 55:8.

Has escuchado hablar de George Vandeman, el fundador del programa de televisión It Is Written (Está escrito)? Según relata su hija Connie, el pastor Vandeman mantuvo el programa en el aire durante ¡dos mil domingos consecutivos! ¿Cómo lo logró? Entre otros factores, por medio de la narración de historias, como la del borracho llamado Sandy McPherson.
El relato comienza con Tomasito, un niño que tenía que hacer el papel de ángel en un programa de Semana Santa. Cierto día, cuando regresaba a casa después del ensayo, se desató una tormenta. Ya el niño sabía que en tales ocasiones no debía usar el viejo puente, porque podía colapsar. Siguiendo el consejo de su padre, se subió a un árbol a esperar que lo recogieran, sin quitarse su atuendo de ángel.
Mientras Tomasito esperaba por su papá, vio que se acercaba un automóvil. Era Sandy McPherson, el borrachito del pueblo. Temiendo que Sandy estuviera borracho, Tomasito empezó a gritarle: «¡Sandy, no uses el puente! ¡Da la vuelta alrededor del lago!». Pero cuando Sandy lo vio, salió disparado del lugar como quien hubiera visto a un fantasma. Minutos más tarde encontró en la vía al papá de Tomasito.
—¿Qué le sucede, Sandy? Se ve usted muy pálido.
—Usted no me va a creer —respondió Sandy, temblando—. ¡Acabo de ver a un ángel!
—Cálmese un poco, Sandy. Explíqueme qué pasó.
—Me acababa de tomar unos tragos, usted sabe, para combatir el frío, cuando al acercarme al puente oí una voz que me decía: «¡Sandy, no uses el puente!». Miré hacia un árbol, y ahí estaba el ángel, con las alas extendidas.
—¿Y usted qué hizo?
—¡Pues qué voy a hacer! Boté la botella de licor y salí disparado. ¿Sabe qué? Si Dios me ama tanto como para enviar a un ángel para que proteja mi vida, no seré yo quien la destruya con el vicio del Iicor.
Dice el relato que después de esa «visión», Sandy nunca más tomó una copa de alcohol (George E. Vandeman, Helpings for the Heort [Raciones para el corazón], pp. 9, 10).
¿Casualidad? Dios se las ingenia para alcanzar a cada pecador. En el cielo tú y yo sabremos lo que Dios estuvo dispuesto a hacer con tal de salvamos.
Padre celestial, te agradezco incluso por las ocasiones en las que usaste métodos extraños para salvarme.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

¿QUÉ CLASE DE LÁMPARA SOMOS?


«Vosotros sois la luz del mundo» (Mateo 5:14).

Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la luz del mundo». Aunque les hablaba como grupo, sus palabras se dirigían a cada uno de manera personal. Si, como iglesia, deseamos llenar el mundo con la gloria de Dios (Núm. 14:21), primero es preciso que permitamos que la luz del Espíritu Santo nos llene a cada uno individualmente. La luz debe iluminar, primero, allí donde nos encontremos. Una buena pregunta que podemos hacernos es: ¿Cómo puede mi hogar estar lleno de la gloria de Dios si yo mismo no soy una luz?
Cada uno que afirma ser cristiano es ya una luz. Pero, ¿qué clase de luz es?
1. Una clase es «el cristiano luz de vela». Estos cristianos, aunque dan luz, lo hacen de manera muy tenue. El viento más leve hace que la llama parpadee y la apague con facilidad. Los cristianos luz de vela se desaniman fácilmente. La más mínima prueba hace que titubeen y, en ocasiones, puedan llegar a perder la fe. A esta clase de cristianos pertenecen aquellos que han decidido que ya no acuden más a la iglesia porque alguien los ha ofendido.
2. Otra clase es «el cristiano lámpara de queroseno». Tienen una chimenea de cristal que humea con facilidad. Esta clase de cristianos son más brillantes que los cristianos Luz de vela; pero, apenas se complican las cosas, su capacidad de emitir luz se empaña. El mundo que los rodea embota su vida espiritual.
3. Sigue «el cristiano linterna de gasolina». Durante un tiempo esparcen una luz brillante y clara, pero si no se les bombea combustible con regularidad, acaban por apagarse. Parece que su fe nunca acaba de madurar. Sin alguien que los felicite y los aliente, se desaniman y, finalmente, dejan de acudir a la iglesia. El cristiano linterna de gasolina suele pensar primero en sí mismo.
4. La última categoría es «el cristiano lámpara eléctrica». Su luz es constante, inmediata y fiable. Son una influencia radiante y contundente para quienes los rodean.
Estos cuatro tipos de lámpara son solo un ejemplo de cómo se puede vivir la lo; pero de ellos se puede ver que la lámpara eléctrica es el mejor tipo. Sin embargo, sabemos que una lámpara eléctrica es peor que una vela si la bombilla está fundida o no hay corriente eléctrica. (Basado en Mateo 5: 14-16).
Un cristiano no emite luz propia. Refleja la luz de Jesús. Al igual que la Luna, que refleja la luz del Sol, nosotros reflejamos la luz de Jesús, la Luz del mundo (Juan 12:36).

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill