domingo, 16 de octubre de 2011

LA ADVERSIDAD NO ES EXCUSA

Jehová es bueno, fortaleza en el día de, la angustia, y conoce a los que en el confían (Nahúm 1:7).

El trágico accidente automovilístico había dejado casi muerto a Ben. Su esposa Valeria, que había sido protegida por el cuerpo de su esposo, lloraba desconsolada mientras él era trasladado a un centro hospitalario. Los médicos no pronosticaban un final feliz. Todo indicaba que Ben Hogan nunca volvería a un campo de golf. Su cuerpo casi destrozado necesitaría mucho tiempo para recuperarse. Pero la voluntad de ese hombre se sobrepuso a todo pronóstico humano. Enfrentó su realidad confiando en que su desgracia no tenía por qué ser excusa para el fracaso, y obtuvo la victoria en los dos premios de golf más importantes de Estados Unidos.
Hay miles de hombres y mujeres que no se han dejado derrotar por las circunstancias desfavorables que la vida les ha deparado. Frente a los gigantes fantasmas de la derrota, han sabido confiar en que hay un modo de llegar a la cúspide de la montaña más difícil de escalar. Y porque pusieron su vista tan alto, alcanzaron la cumbre.
Dios tiene una meta muy elevada para ti. Quizás pienses que tu montaña es demasiado grande y difícil de escalar, pero si Dios está a tu lado, los desafíos se convertirán en victorias, porque para él no hay nada imposible. ¿Cuál es tu desafío, ese que te tiene tan apesadumbrada? Si clamas al Dios de lo imposible, él realizará milagros en tu vida.
Se produjo un accidente mientras Dennis Brown entrenaba a un grupo de soldados. Una explosión lo dejó ciego, sin manos, casi sordo y con el rostro parcialmente desfigurado. Por causa de estos cambios físicos su esposa lo abandonó. Se sintió derrotado, no tenía trabajo y apenas le quedaban esperanzas de recibir una córnea nueva. Pero no se dio por vencido. Recuperó la vista y aprendió a valerse por sí mismo. Se casó, formó una nueva familia y obtuvo un trabajo en una empresa de software para computadoras. Aprendió a asirse de la mano del Dios Todopoderoso.
Extiende tu mano al Dios Eterno. Su ayuda vendrá más rápido de lo que esperas.
Confiar en Dios es entregarle también nuestros fracasos.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

HASTA EL PRESENTE

Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. 1 Pedro 1:25.

La Biblia llegó hasta el presente solo por la misericordia divina. Si hubiera sido por Satanás, hoy tendríamos fragmentos pequeños y una gran cantidad de mentiras y engaños en su lugar. Solo por la intervención milagrosa de Dios, la Biblia fue resguardada a través de los tiempos, para que llegara a los hogares de millones de personas para dar vida, luz, alegría y esperanza.
Si bien en el presente las Escrituras están casi universalmente aceptadas, esto no fue así en la historia humana. Instado por los sacerdotes papales, el rey Luis XIV ordenó que se mataran a todos los protestantes que había en Francia. El siglo XVIII es recordado en la historia mundial como un siglo de horror en este país europeo, ya que se asesinó a miles de hombres, mujeres y niños solo por su fe religiosa. "El poder ateo que gobernó a Francia durante la Revolución y el reinado del terror, hizo a Dios y a la Biblia una guerra como nunca la presenciara el mundo. El culto de la Deidad fue abolido por la asamblea nacional. Se recogían Biblias para quemarlas en las calles haciendo cuanta burla de ellas se podía. La ley de Dios fue pisoteada; las instituciones de la Biblia abolidas; el día del descanso semanal fue abandonado y en su lugar se consagraba un día de cada diez a la orgía y a la blasfemia. El bautismo y la comunión quedaron prohibidos. Y en los sitios más a la vista en los cementerios se fijaron avisos en que se declaraba que la muerte era un sueño eterno" (El conflicto de los siglos, pp. 316, 317).
Hoy, a siglos de aquellos tristes sucesos, la Biblia permanece olvidada en muchos hogares y bibliotecas, llena de polvo y abandonada sobre alguna repisa. La sociedad actual demuestra con sus hechos que "ha quemado" la Escritura en sus corazones. Si bien Francia no logró inculcar al mundo su fanatismo antibíblico, los hombres de hoy viven en un ateísmo práctico, recordando a Dios solo en dichos vulgares.
Pero más allá de lo que el hombre pueda proponer, legislar e intentar abolir, está el brazo divino que detiene toda la marea del mal que pueda producir Satanás. El que creó los cielos y la tierra, el que llamó a la vida a la humanidad, dijo: "La palabra del Señor permanece para siempre". Sí, la Biblia permanece hasta hoy porque Dios lo ha dicho, y su Palabra es más poderosa que todos los acuerdos que las naciones realicen en su contra.
Recuerda siempre que Dios nos ha llamado con una misión específica: exaltar las Escrituras con nuestro testimonio y ejemplo.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

POR SUS FRUTOS

Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. Lucas 6:44.

Me impresiona el verbo "conocer". En griego, es el verbo ginosco, que significa más que simplemente conocer la apariencia exterior de una persona; involucra, también, el conocimiento de los sentimientos, de lo que los ojos no ven, de lo que va por dentro. Y Jesús explicó que podemos identificar al árbol que tenemos delante observando su fruto.
Pensemos con más detalle en esta ilustración. Supongamos que no conocemos nada de árboles frutales; jamás vimos un árbol de naranja, ni de higo, ni de plátano, ni de nada. Conocemos las frutas, pero no los árboles. Y, un día, nos llevan a un huerto y nos piden que identifiquemos a cada uno. ¿Cómo sabremos cuál es cuál, si nunca vimos ningún árbol frutal antes? Jesús dice que hay una manera de saberlo: espera a que aparezcan los frutos. Cuando el tiempo llegue, el higo producirá higo y el plátano producirá bananas.
En la vida cristiana, sucede algo parecido. Todo el mundo puede decir que es cristiano, pero la verdad solo se sabe cuando aparecen los frutos: si eres un cristiano de verdad, tu vida mostrará el fruto del Espíritu. Esto no falla.
Jesús trabaja, primero, por dentro, de manera imperceptible; nadie ve la mano maravillosa de Dios que opera el milagro. El Espíritu Santo viene y, de manera silenciosa, te concientiza acerca de las cosas que son necesarias cambiar.
Ve a Jesús, y permítele que trabaje en tu corazón. No te desesperes, si no ves los frutos de inmediato. Ten paciencia; simplemente, no te separes de Jesús: búscalo en oración y a través del estudio diario de su Palabra. Todo lo que realmente vale, en la vida, requiere perseverancia. Entonces, persevera en Jesús; no te separes de él, por nada y para nada.
Haz de este día un día de comunión con Jesús. Que la savia de su vida pase a tus venas y llegue a tu corazón. Sonríe, abre tu corazón a las personas, extiende la mano al necesitado, en fin... permite que los frutos del Espíritu aparezcan de manera natural en tu vida. Y no te olvides: "Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón