sábado, 20 de agosto de 2011

SE NECESITAN MUJERES

Devuélveme el gozo de tu salvación y espíritu noble me sustente. (Salmos 51:12).

«Se necesitan mujeres de entre 20 y 25 años de edad, altas, delgadas, de buena presencia y modales refinados. Para mayor información, consulte nuestra página web».
Anuncios como este abundan en la red, pero todo parece indicar que la mayoría de nosotras no cumplimos estos requisitos. Gracias sean dadas a nuestro Padre celestial porque no nos ha hecho a todas las mujeres de un mismo molde, y porque la apariencia física no lo es todo en la vida. El valor que Dios da a la mujer va mucho más allá de su figura. El valor que Dios te da, querida hermana, proviene de tu corazón.
Desafortunadamente no son las mujeres hermosas las que por lo general gozan de felicidad. Tampoco son las que tienen recursos financieros para satisfacer cuanto capricho tengan. No disfrutan de felicidad muchas mujeres que tienen grandes posesiones materiales pero a las que les falta, por ejemplo, un bebé al que acariciar.
Sí, hoy también se buscan mujeres. Dios las busca por todas partes. Su amor recorre cada rincón, por intrincado que sea, para llamar a mujeres que, como tú y como yo, pertenecemos a su reino. Mujeres que han sido compradas con su preciosa sangre. Mujeres que a pesar de las circunstancias abren su corazón al amor divino. Mujeres que son capaces de hacer milagros en la cocina para alimentar a su familia. Mujeres que obran maravillas con sus manos, cubriendo la desnudez del prójimo y velando porque los suyos estén abrigados. Mujeres que se esfuerzan por entrar en el mundo del conocimiento y la sabiduría, que no se rinden ante las trabas sino que son capaces de transformarse en verdaderas campeonas de carreras de obstáculos.
Se necesitan mujeres que coloquen los principios divinos en el pedestal del triunfo, que mantengan una postura de obediencia ante la voluntad divina, que sean dóciles al escuchar una reprensión y amorosas al emitirla. Esa clase de mujeres es la que Dios busca.
¿Eres tú una de ellas? El prototipo de mujer virtuosa registrado en Proverbios 31: 10-31 no es una utopía. Si Dios las llama, es porque existen. Si existen, tú puedes ser una de ellas.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

AHORRA

En la casa del justo hay gran provisión. Proverbios 15:6.

Mientras le daba los estudios bíblicos a Matías, tuvimos la posibilidad de conocernos y formar una linda amistad. En uno de esos momentos de charla y comentarios sobre la Biblia, Matías reflexionó: "Yo no siempre tuve necesidad económica como la tengo ahora. Hubo un tiempo que mi padre ganaba mucho dinero, pero así como lo ganaba también lo perdía". El padre de Matías había llegado a ser el gerente comercial de una importante empresa telefónica, llegó a ganar mensualmente diez veces más de lo que ganaba un empleado promedio. Matías recordaba esos años de abundancia con cierta nostalgia, porque en el presente su padre estaba desempleado y la familia vivía con algunas estrecheces económicas.
Cuando Matías me contaba su historia, le pregunté: "¿En todos esos años y ganando tanto dinero, no ahorraron nada para momentos de emergencia?" Matías movió la cabeza en señal negativa y agregó: "Si alguna vez tengo la posibilidad de ganar lo que mi papá ganó, te aseguro que voy a ahorrar".
Este hombre, que por años había ganado muchísimo dinero, no había tenido la visión de vivir con menos y ahorrar parte de su sueldo. Cada día surgían nuevos motivos para gastar el dinero ganado, y así vivió hasta que quedó sin trabajo. Aunque buscó e intentó conseguir un empleo similar al que había tenido, nunca lo logró, y toda su familia sintió el cambio de nivel económico.
Lo que el padre de Matías había vivido es la triste experiencia de muchos. Tienen la posibilidad de trabajar, obtienen muy buenos recursos, pero gastan todo lo que ganan. Algunos sienten que "el dinero se les va de las manos", porque pasado el mes recuerdan haber ganado una gran suma y no saben en qué la gastaron.
Salomón, un hombre que llegó a ser muy rico, nos dice: "En la casa del justo hay gran provisión"; o dicho de otra manera, sin alterar el texto: "En la casa del justo hay gran ahorro". Dios derrama sus bendiciones a todos sus hijos a fin de que vivan cómodamente; pero también para que hagan provisión para el futuro. En algunos casos, ese ahorro puede estar destinado a un fin específico de corto alcance, como por ejemplo: un equipo de música, una computadora o una moto. En otros casos podemos ahorrar durante años para conseguir un automóvil nuevo o una casa. Debe ahorrarse como un estilo de vida, no con un fin específico, sino para momentos de emergencia o de necesidad.
Cualquiera sea la finalidad, aprende a ahorrar un porcentaje de tus ganancias, y se multiplicarán grandemente las bendiciones que Dios te da.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

HIJOS DE DIOS

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. Romanos 8:14.

¿Ser guiado? Al ser humano no le gusta ser guiado; está en su naturaleza. Desde pequeño, quiere hacer las cosas sin la orientación de nadie: el bebé intenta comer solo, y se embadurna el rostro; el niño que aprendió a caminar, corre como un cabrito, se choca contra la vitrina de vidrio, y sale llorando y sangrando.
Esa fue la primera tragedia del ser humano, en el Jardín del Edén. Dios le había ordenado: "No comerás". Pero, vino la serpiente y le "mostró" que comer no le haría mal: "Seréis como Dios", le afirmó. Y Eva creyó. Decidió escoger su propio destino; seguir a "su corazón" y no a la Palabra de Dios.
¿Cuál fue el resultado? A partir de aquel día, el ser humano continuó buscando su propio rumbo. Un camino que, a pesar de sus buenas intenciones, lo lleva hacia la muerte. Pasó a pertenecer al reino de las tinieblas; y, en medio de las tinieblas, no ve nada y acaba hiriéndose.
Cuando Jesús estuvo en la tierra, dijo a un grupo de personas: "Vosotros sois hijos del diablo y las obras de vuestro padre, el diablo, queréis hacer". ¿Hijos del diablo? ¡Palabras duras, demasiado duras para ser oídas! Pero, reflejan una triste realidad para la criatura rebelde.
Y ahora viene San Pablo, y afirma: "Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios". ¿Qué? ¿No basta nacer, para ser un hijo de Dios? Por la declaración del apóstol, no: todos venimos a este mundo cargando la naturaleza pecaminosa rebelde, que desea obrar su propia voluntad. En algún momento de la vida, es necesario escoger, decidir, aceptar ser guiado por Dios. Entonces, pasamos de muerte a vida. Porque Jesús conoce el camino mejor que nosotros, y ciertamente nos conducirá hacia una vida plena en esta tierra, y hacia la vida eterna cuando vuelva por segunda vez.
¿Cómo viví hasta aquí? ¿Quién dirigió mi vida? ¿Hacia dónde me dirijo hoy? ¿Estoy seguro de que mis decisiones y mis acciones son aprobadas por Dios, o simplemente estoy siguiendo los impulsos naturales de mi corazón rebelde? Estas son preguntas que debo responder antes de enfrentar los desafíos que un nuevo día me presenta.
¿Y tú? ¿Ya revisaste tus planes para hoy? ¿Ya los depositaste en las manos de Jesús? Hazlo. Porque "todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón