miércoles, 1 de junio de 2011

ESPERA EN JEHOVÁ

Guarda silencio ante Jehová y espera en él. (Salmos 37:7).

Habían pasado largos meses lejos de mi hogar, internada en un hospital y sin un diagnóstico confiable. Me perturbaba la posibilidad de quedarme completamente inválida y sin muchos recursos económicos. Me angustiaba la idea de tener que dejar a mi hijito de dos años. Mis ojos se dirigieron muchas veces al cielo para preguntar: «¿Por qué, Señor? ¿Por qué tengo yo que pasar por esta terrible prueba?».
Desde muy pronto en la vida, yo había dedicado mis talentos al Señor. Ahora que estaba casada con un ministro del evangelio, todas mis actividades giraban entorno a la iglesia, así que, una y otra vez, entre lágrimas que ahogaban mi dolor, dirigía a Dios mis palabras de incomprensión, duda y sufrimiento. Dios obró un milagro, y lo que parecía que iba a ser una invalidez permanente, se fue convirtiendo en crisis esporádicas, cada vez más débiles.
Esperar en Jehová resulta difícil porque la razón nos dice que no hay motivos para la espera. Creo que la capacidad de razonar es uno de los dones más formidables que Dios nos dio al crearnos, pero muchas veces nos lleva a un callejón sin salida. ¿Cómo podemos saber el porqué de las situaciones que enfrentamos si no somos capaces de ver más allá del momento?
Esta dura experiencia me enseñó que los porqués le pertenecen a Dios, y que por nuestra parte solo resta que desarrollemos una paciencia y una fe sólidas, que nos permitan aprender a esperar en el crisol de la prueba. La Biblia nos dice que es necesaria la paciencia, así que, cuando ores pidiendo paciencia (cualidad indispensable para la salvación) recuerda que estás pidiendo ser pasada por el crisol de la prueba. Pero no temas, pues a través del Espíritu de Profecía te llega la promesa: «Cada prueba es medida y pesada por el Señor Jesucristo, y no está más allá de la capacidad del hombre el soportarla mediante la gracia que le es dada» (Manuscript Releoses, t. 12, p. 81). Si estás pasando por alguna prueba, es el momento de orar: «Señor, en el crisol de la prueba, ayúdame a desarrollar la paciencia y a esperar en ti».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ALCANZA TUS DESAFÍOS

Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 1 Corintios 9:25.

¿Dedicas tiempo a pensar en tu futuro? ¿Qué será de ti el día de mañana? ¿Te da lo mismo cualquier profesión o estás dispuesto a esforzarte para especializarte en algo que te agrada?
No es sencillo dedicarnos a lo que no nos gusta. Cada mañana, miles de hombres y mujeres se levantan para ir a su trabajo, aunque lo detestan. Lo hacen porque el trabajo es indispensable para vivir, ya que si no hay trabajo, tampoco hay alimentos, ropa, y pago de impuestos. Pero, ¿no sería mejor si cada persona se ocupara en una actividad que le place, y que el producto de esa labor le proveyera los recursos para vivir dignamente?
En uno de los viajes de graduandos en que participé como capellán, disfruté mucho del paisaje montañoso. Una tarde, después de jugar con la nieve, junto con cuatro jóvenes de 17 años, me acerqué a una pendiente de piedras y arenas resbaladizas, que conducía a un arroyuelo de aguas cristalinas. Nos atrapó el desafío, y aunque sabía lo peligroso que podía resultar, nos olvidamos de los demás compañeros y comenzamos el descenso. El premio: beber de esa agua que desde arriba se veía como un hilo delgado. Mientras descendíamos, nos íbamos ayudando unos a otros y nos avisábamos cuando alguna piedra se despeñaba.
Después de una hora, cuatro alumnos y su capellán estaban bebiendo esa agua que ha sido una de las más dulces que jamás haya probado. Pero el desafío no terminó ahí, pues tras haber experimentado tal sensación de triunfo, debimos subir la misma pendiente y afrontar los mismos riesgos.
La preparación académica y profesional que ahora estás adquiriendo, se compara en muchos aspectos con esta anécdota. Es posible que veas muy lejano tu título universitario, apenas como un delgado hilo, y que visualices cada materia como una hostil pendiente que debes superar, con sus pruebas y exámenes como piedras que caen; pero el logro de ese título universitario te abrirá las puertas para que realices un trabajo que te agrade por completo y que marques una diferencia con quienes lo hacen porque no tienen otra opción. El gran apóstol dijo: "Todo aquel que lucha, de todo se abstiene", y quizá tu tengas que abstenerte de salir con tus amigos, de mirar alguna película o de abandonar temporalmente un deporte. Pero todo ese esfuerzo tendrá una finalidad: que te prepares para hacer lo que te agrada.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

CONSOLADOS PARA CONSOLAR

Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos. Filipenses. 1:7.

Existen personas cuya influencia consoladora es admirable. Filemón era una de ellas: "Por ti han sido consolados los corazones de los santos", le dice Pablo. La mayoría de los seres humanos tenemos dificultad para observar el dolor de las personas afligidas que viven a nuestro lado. Es propio de nuestra naturaleza pensar en nosotros mismos, y centrarnos en las circunstancias adversas que surgen todos los días. El espíritu de queja, y la insatisfacción se apodera del corazón. Casi siempre creemos que a los demás les va bien, y solo a nosotros nos salen mal las cosas.
¿Cuál era la razón de la vida inspiradora de Filemón? Su amor. Pablo habla de gozo y de consolación "en tu amor". Una vida sin amor es incapaz de ver el dolor ajeno; vive solamente concentrada en su propio dolor.
Pero, hay que entender que el amor no es algo que tú fábricas. Por más que te esfuerces, que lo intentes y que tengas fuerza de voluntad, la triste realidad es que tu amor, el mío y el de todos los seres humanos está manchado por la terrible suciedad del egoísmo. Así somos, desde la entrada del pecado a este mundo: egoístas, incoherentes y absurdos en nuestra manera de amar. Decimos que amamos al cónyuge, pero, ¿adónde se va ese amor, cuándo descubrimos que fue infiel? Decimos que amamos al hijo, pero ¿qué sucede cuándo descubres que él hizo algo en contra de ti?
Por lo tanto, si eres consciente de que no puedes fabricar amor, necesitas ir a la verdadera Fuente del amor, que es Dios. Dios no solo tiene amor, ni solo muestra amor o apenas da amor: él es el propio amor. Cuando ofrece amor, se ofrece a sí mismo; cuando muestra amor, se muestra a sí mismo. Sin él, no existe amor: Dios es la misma esencia del amor. Y el ser humano solo puede reflejar, aunque sea pálidamente, el verdadero amor en la medida en que viva conectado al Dios Amor.
Haz de este un día de amor y de consolación. Mira a tu alrededor, y consuela a quien está triste. ¡Quién sabe! Tal vez, un día alguien diga, de ti, lo que Pablo dijo de Filemón: "Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón