jueves, 31 de marzo de 2011

DERECHO A NACER

Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 5:18).

Mi pasado se remonta al momento en que el milagro de la vida se hizo una realidad en mí. A las dos de la tarde de un día como hoy respiré por primera vez el aire de este mundo. Aunque el enemigo luchó para que mi concepción no tuviera éxito, Dios manejó todo, y hoy vuelvo a cumplir otro año más de esa vida que me dio como regalo. ¿Por qué tuvo Dios tanto interés en mí? ¿Por qué luchó para que yo naciera? ¿Poiqué veló constantemente por conservarme la vida? Por la misma razón que lo hace contigo: porque su amor es eterno, porque somos especiales y quiere regalarnos la oportunidad de disfrutar a su lado por toda la eternidad.
¿Sabes cuál es el propósito de Dios para tu vida en esta tierra? La respuesta a esta interrogante puede variar, pero una cosa es cierta: no has venido al mundo por casualidad. No eres un accidente. Agentes humanos tuvieron que ver con tu concepción, pero no fueron los responsables de darte la vida. Solo el aliento divino, el amor de un Dios que permitió que se unieran óvulo y espermatozoide, fue el que te hizo tal como eres.
Vivir en este mundo sin esperanza y sin optimismo es decirle a Dios que se equivocó al darte la oportunidad de nacer. Dios te ha dado el derecho de nacer porque te ama y tiene para ti grandes propósitos. Si no los has descubierto aún, si crees que le has fallado a tu Creador, si no ves motivo alguno para tu existencia, mira al cielo y escucha la voz divina diciéndote: «No te he prometido cielos azules y senderos bordeados de flores durante toda la vida; no te he prometido el sol sin la lluvia, ni gozos sin tristezas, ni paz sin dolor. Te he prometido fuerza para el día, descanso después de tu labor, luz para el camino, gracia en todas tus pruebas, anida celestial, simpatía inagotable e imperecedero amor» (Annie Johnson Flint).
La voluntad de Dios para tu vida ha sido darte el derecho a nacer.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

EL NOVIAZGO: UNA ETAPA DE ORO

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:12.

Este es el último día que hablaremos del "tiempo de amar", como lo es la adolescencia y la juventud, y no quiero hacerlo sin mencionar algunos aspectos que creo son necesarios recordar y tener en cuenta sobre el propósito del noviazgo.
Pregúntate, ¿para qué está el noviazgo? Enumera las razones por las que deseas, como la mayoría de las personas de tu edad, tener una persona especial.
¿Me permites darte algunas razones?
Una de ellas es para que te sientas completo como persona. A medida que creces en la vida, te irás dando cuenta que hay actividades que deseas realizar para sentirte satisfecho contigo mismo. Quizá cuando eras pequeño tus padres debían impulsarte y hasta presionarte para que estudiaras, pero con los años, tu madurez y experiencia te hicieron ver que el estudio es una parte importante en tu capacitación profesional, y ya no necesitaste que te dijeran: "debes estudiar". Lo hiciste porque deseabas sentirte realizado. De igual manera, el noviazgo ayuda a completar ese sentido de realización que llega a su climax en el matrimonio.
Otra de la razones es suplir una necesidad que Dios colocó dentro de ti. No es casualidad que sientas el deseo de dar y recibir amor, no es casualidad que con tus amigos y gente de tu edad, este sea casi el único tema de conversación; nuestro Creador puso esa característica propia en ti y para hacerla efectiva necesitas de otra persona. Sentirte querido y a su vez querer a un semejante es parte de la naturaleza humana.
La última razón que daré es que el noviazgo te ayudará a prepararte para el matrimonio. El noviazgo es una escuela y no es una cadena que te lleva obligadamente a formar un hogar. No debes casarte con una persona que tenga un carácter que no te agrade, hábitos perniciosos o simplemente te convenzas que no serás feliz con ella. Recuerda que los besos no son contratos, ni los abrazos compromisos. Si prevés que será un error continuar con él o con ella, ¡detente! Termina la relación lo antes posible.
Si bien Juan está hablando del amor al prójimo en general cuando nos dice que "Dios permanece en nosotros... si nos amamos unos a otros", sin lugar a dudas lo podemos aplicar también al noviazgo. Nuestro Padre también desea que expresemos su amor a través de la persona que queremos, y ese dar y recibir amor es un reflejo del amor que Dios da y que espera que nosotros también le manifestemos.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

¡CONFÍA EN EL SEÑOR!

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Jeremías 17:7.

El versículo de hoy fue escrito, por Jeremías, en circunstancias dramáticas. La destrucción del pueblo se acercaba; era inevitable. Los ejércitos enemigos se preparaban para el ataque. Y el propio Jeremías era el portador de malas noticias para su gente.
A pesar de eso, el profeta asegura que, aun en medio del dolor y de la tristeza, el varón que confiase en el Señor sería bendito. ¿De qué bendición estaba hablando?
El versículo 8 trae la respuesta: quien confía en el Señor, "será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de su sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto".
Interesante, la promesa divina. No dice que el calor no vendrá ni que la sequía no llegará. Afirma que, en medio de las situaciones adversas, sus hojas estarán verdes y producirá mucho fruto.
La tragedia de las personas no consiste en las luchas y las dificultades que se presentan cada día, sino en la falta de confianza para ir en pos de la victoria. Cuando el dolor llega, el que confía en Dios es como el árbol cuyas raíces saben dónde buscar agua.
Aun en medio del desierto, es posible encontrar palmeras; árboles gigantescos y erectos, en medio de la sequía y de los vientos. Las palmeras están allí no porque carezcan de dificultades; el secreto de su permanencia es la fuente de vida que sustenta su existencia. Las inclemencias del clima les enseñaron a introducirse hondamente. Sus raíces se deslizan, silenciosas, en busca de agua.
Si hoy es un día terrible, y sientes que estás solo; si te faltan fuerzas y estás a punto de desanimarte y abandonar la batalla, quita tus ojos de las cosas en las cuales confiaste y deposítalos en el Señor. Puede parecer infantil, a veces. En este mundo pragmático en el que vives, puedes tener la impresión de que estás actuando como un niño.
Pero, las cosas divinas son así. Tal vez por eso, el Señor Jesús dijo un día que, si no nos volvemos como niños, no entraremos en el Reino de los cielos.
No temas. Los ejércitos enemigos pueden estar allá afuera, armados hasta los dientes, pero "bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 30 de marzo de 2011

LLÁMAME AMARGA

Ya no me llamen Nohemí, repuso ella. «Llámenme "Mará, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura. (Rut 1:20 NVI).

Cuando nacemos, nuestros padres nos inscriben en el registro civil con los nombres que han escogido para nosotros. Y aunque nuestro nombre nos acompañará toda la vida, resulta irónico que en realidad nosotros no hayamos tenido nada que ver con su elección. Sucede a veces que no estamos conformes con el nombre que nos han puesto y deseamos cambiarlo por otro. Si bien hay personas que lo han hecho, por lo general todo el mundo conserva el que le han puesto sus progenitores.
Por tradición todos en mi casa tenemos nombres bíblicos. Cuando era pequeña me resultaba chistoso pronunciar los largos nombres de mis abuelos. Más tarde comprendí que era un honor llevarlos porque se aseguraba de alguna forma la continuidad de esas personas.
El texto de hoy nos presenta a una mujer que cambió su nombre, caso extraño en Israel, pues el nombre era considerado casi una señal del destino. Quizás fue por eso que Noemí, «la placentera», la que tenía augurada una vida feliz, ahora envuelta en amargura, desconsolada por la pérdida de sus hijos y de su esposo, regresaba a su tierra natal trayendo no solo su pena, sino un nuevo nombre que le permitiera poner distancia con su vida anterior: «Amarga». Sí, ese era el nombre que había escogido. «El Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura», decía mientras trataba de explicar a otros su desdicha.
A veces la vida no sigue el curso que habíamos planificado. Por el contrario, comienzan a llegar tristezas, enfermedades, separaciones y hasta la muerte, cargando de gran amargura nuestra alma. ¿Te sientes identificada con Noemí, «la amarga»? ¿Al igual que ella, piensas que el Todopoderoso te ha afligido? La historia le demostró que su nombre original era el correcto, que Dios no la había afligido y que estaba al tanto de su sufrimiento.
De igual forma Dios vela por ti. Quizás no comprendas los caminos divinos, pero si de algo puedes estar segura es de que algún día recibirás un nombre nuevo que te coronará como triunfadora por toda la eternidad.
Señor, ayúdanos a recibir esa piedrecita blanca con nuestro nuevo nombre.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ENAMORADOS DEL AMOR

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Eclesiastés 3:1.

Ayer hablamos de que no es aconsejable demorar o apurar al amor por el hecho de que nuestros amigos tengan una relación amorosa. Hoy mencionaremos algunos pasos a tener en cuenta que pueden ayudarte a que hagas tu elección en el momento apropiado.
Marcelo no aguantaba estar emocionalmente solo y siempre tenía una novia o estaba pensando en alguna señorita para enamorarla. Era su costumbre, lo había hecho así desde los trece años y a medida que dejaba la adolescencia y entraba en la juventud se intensificaba tal manera de ser.
Con algo más de 22 años y después de haber estado sin novia por un largo período, formalizó con una joven que se enamoró de él rápidamente. Aunque no se conocían demasiado al principio, la relación fue creciendo, pero mientras ella más se enamoraba, él más se daba cuenta de que había cometido un error, ya que había aspectos de la personalidad de su novia que no le agradaban. La relación siguió por mucho tiempo, y cuando Marcelo tuvo el valor de darle un corte definitivo, ella amenazó con matarse. El noviazgo continuó, pero él sentía que no la amaba, y aunque oraba al respecto, se convenció de que esa relación era un error. Finalmente, después de casi dos años, terminó el noviazgo, con un daño emocional terrible para ella.
¿Qué hubiera evitado el sufrimiento de ambos? En primer lugar, antes de formalizar el noviazgo, debían haberse conocido como amigos. La amistad te permite conocer los gustos de una persona, descubrir su temperamento, mirar al futuro y proyectar si todo va a funcionar sin que ninguno de los dos salga lastimados. El peligro de "enamorarse del amor" es justamente el de pasar por alto la etapa de la amistad y comenzar con el noviazgo, que es una relación mucho más íntima y profunda en lo emocional y sentimental.
Las Escrituras dan su consejo en este aspecto al decirnos: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora". Está el tiempo para conocerse, formar una amistad, comenzar un noviazgo y entonces, si la relación crece y ambos están conformes con lo vivido, el matrimonio. Marcelo terminó a tiempo a pesar de su error, ya que si se hubiera casado con esa señorita, su matrimonio habría fracasado. Aunque estamos viviendo en un campo en que todo sucede velozmente, el amor no es un juego, y hay etapas y momentos que hay que vivirlos, para no pagar luego las consecuencias. Dios nos aconseja "Todo tiene su tiempo", para que evites aquellos dolores sentimentales que te quitarán, al menos por un tiempo, la alegría de vivir la juventud.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

NO TEMAS

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10.

Rafael lo vio. Se acercaba lentamente, con paso firme pero sin prisa. Aquella figura deslumbrante miraba a su alrededor, buscando algo. Rafael tuvo la impresión de que aquel ser angelical lo buscaba a él.
Pensó que no lo vería, escondido tras el miedo. Pero no fue así. Sintió que la mente de aquel hombre se extendía hacia él. Sintió cómo su pensamiento penetraba en el suyo. Se volvió lentamente, y caminó hacia él. Quedó paralizado. El miedo había desaparecido, y la paz envolvía por completo sus sentimientos. Sucedió a orillas del río Aguaitía, en la selva peruana, la noche en que los guerrilleros de "Sendero luminoso" mataron seis policías y 18 campesinos. Rafael fue el único sobreviviente. Afirma que la aparición de aquel ser asustó a los guerrilleros, y salvó su vida.
A lo largo de la historia, en todos los tiempos y en todos los lugares, Dios siempre ha cumplido su promesa. En el momento de dificultad, ahí está él, con la mano extendida para ayudar al hijo que clama con fe. No hay crisis que no conozca; no existe dolor que no entienda; no hay sufrimiento que no vea.
En este preciso instante, las sombras de la angustia pueden rodear tu vida. Ejércitos enemigos pueden cercar la ciudadela de tu alma. Puedes tener la impresión de que ya no tienes fuerzas y de que está todo perdido. Pero, el Señor prometió que te librará. Lo hará de dos maneras. "Soy el Dios que te esfuerzo", dice. Te infunde poder, cuando estás invadido por el temor; te usa a ti mismo para derrotar las fuerzas enemigas. Pero, si fuere necesario, opera milagros. Te libra maravillosa, incomprensible y divinamente.
No temas enfrentar los desafíos que la vida te presenta hoy. No importa cuan grandes sean tus adversarios. Lo que interesa es que tu Dios no conoce de derrotas, y en este momento está listo para sustentarte con la diestra de su justicia. ¡Esa es su promesa!
Por eso, parte hoy con las palabras de Dios en tus oídos, que te dice: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré, con la diestra de mi justicia".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

martes, 29 de marzo de 2011

UN ATUENDO ESPECIAL

En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin manan delante del trono de Dios (Apocalipsis 14:5).

Resulta interesante notar que nuestra boca es testigo de nuestra conducta. Aunque no siempre los testigos son fieles, en un juicio se trata de hallar la verdad por medio de testimonios sólidos, sin contradicciones. Por supuesto, no en todos los casos se logra. La historia recoge innumerables juicios en que algunos testigos no han sido fieles y una sentencia condenatoria ha recaído sobre personas inocentes.
Este texto de hoy nos amonesta a que en nuestra boca no sea hallada mentira. Tal vez te preguntes: ¿Es que acaso existe alguien que nunca haya dicho una mentira? Yo no creo que Dios nos pida que nunca hayamos cometido pecado para considerarnos sin mancha delante de él. Si así fuera, no necesitaríamos la justicia de Cristo ni su sangre redentora. Más bien pienso que Dios se refiere a aquellas personas que, aunque pecadoras y sujetas a errores, no se complacen en la mentira y buscan constantemente la verdad.
¡Cuan grande es el amor divino! Yo, una mujer manchada por las consecuencias del pecado, puedo ser hallada sin mancha, limpia, inmaculada, pura, delante de los ojos de un üíos santo. ¿Te has puesto a pensar que tu pasado puede quedar completamente emblanquecido por la sangre preciosa de tu Salvador, Cristo Jesús? Quizás venga a tu mente el recuerdo tormentoso de algunas mentiras que causaron mucho sufrimiento a otras personas. Quizás una difamación, una crítica demasiada dura, algo que no era totalmente verdad y que afectó e hirió corazones inocentes... Puede ser que tal recuerdo te atormente y que la culpabilidad no te deje permanecer con la trente en alto.
Aunque es cierto que las consecuencias se sufren, no es menos cierto que Dios tiene un bálsamo consolador, una lejía potente y un amor capaz de sanar las heridas más profundas. Es ese Dios el que te invita a presentarte ante su presencia con un corazón sucio y manchado por el pecado, pero con la fe en que será transformado por su gracia redentora. Entonces serás sin mancha delante de su presencia.
Clama fervientemente: «Señor, quiero estar en tu presencia vestida con el manto de justicia de Cristo».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

NO APURARSE NI DEMORARSE

Os conjuro, oh doncellas dejerusalén, que no despertéis ni hagáis velar el amor, hasta que quiera. Cantares 8:4.

La poesía que compone el libro de Cantar de los Cantares tiene varios versos que se repiten. El propósito que tenían los escritores hebreos en la repetición, algunas veces con palabras iguales y otras veces con palabras similares, era el de resaltar la enseñanza que querían compartir.
El versículo de hoy se repite numerosas veces en el libro y siempre quien lo dice es la sulamita, esposa de Salomón, y el mensaje es claro: no apures ni hagas esperar el amor, hasta que aparezca.
Es común que aquellos que tienen amigos con quienes han compartido muchos momentos, sientan el vacío cuando uno de ellos formaliza una relación de noviazgo. La persona amada toma tal importancia en la vida del enamorado, que sin querer, los amigos pasan a un segundo lugar en tiempo, afectos y actividades a compartir. Todo esto, además de ser común, debe ser así, para que la relación especial crezca y madure.
Como no todos perciben las cosas de la misma manera, los amigos(as) de quien inicia un noviazgo, pueden sentir celos y hasta deseos de ocupar el mismo lugar del que está viviendo la experiencia de enamorarse. El vacío y el sentido de soledad que queda en esos amigos, a veces los hacen pensar que ellos también necesitan formalizar un noviazgo.
Una de mis alumnas estaba muy enamorada, llevaba varios meses de noviazgo serio y responsable, y no podía ocultar su amor y felicidad ante las amigas presentes. En un momento en que se alejó, dos de esas amigas expresaron: "¿Por qué algunas personas pueden ser felices y otras tenemos que estar solas? Yo desearía con todo mi corazón estar viviendo algo así, pero no puedo". Le recordé a esa joven que tenía toda la vida por delante, que no había necesidad de apurarse para lograr algo que tarde o temprano llegaría.
La sulamita y Salomón intentaron dejar esa enseñanza: no te apures en tener un amor. Dios conoce tus tiempos, conoce a la persona que te hará feliz y a su vez será feliz contigo, y no necesitamos "ayudar" al Señor para que esa persona especial aparezca. "Despertar" o "hacer velar" (hacer esperar) el amor cuando llega, puede entorpecer la relación y arruinarla. No te sientas mal por los sentimientos de vacío o de soledad que puedas tener al ver lo que otros están disfrutando, ya que Dios también sabe de tus necesidades afectivas y las suplirá para que disfrutes de la vida.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

MISERICORDIOSO

Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. Salmo 103:8.

Washington, la capital estadounidense, se pone cada vez más triste. El otoño se va; se aproxima el invierno. El frío llega. El calor desaparece.
El frío me incomoda. No me gusta; para mí es sinónimo de tristeza. El mundo queda menos colorido; la vida se marchita. Como las hojas, que ayer mostraban su esplendorosa acuarela, y hoy yacen en el suelo, muertas.
Cuestión de gustos. A otros no les agrada el verano. Y la vida continúa. ¿Dije vz'íffl? No es de vida que habla la carta que alguien me entregó anoche, al concluir la reunión. La narración que tengo en mis manos es una triste historia de muerte, de fracasos, de chascos y traición.
¡Ya escuché tantos dramas en la vida!; nada más podría asustarme. Pero, cada vez que leo algo como esto, me siento incapaz de hacer alguna cosa... a no ser orar.
La persona se pregunta si, después de todo lo que hizo, aún existe perdón para ella. Se juzga y se condena... se condena a muerte. Pero, no tiene fuerzas ni valor para ejecutar la sentencia. Entonces, busca a Dios y se pregunta si el Señor puede amarla, a pesar de su grotesco pasado.
Y aquí está el versículo de hoy, diciendo que Dios es misericordioso y clemente. La palabra "clemente", proviene del hebreo channun, que significa, en realidad, gracia que no acaba nunca. Como si fueses un caminante en el desierto, buscando una gota de agua para salvar la vida y mitigar la sed, y repentinamente encontrases un channun, un manantial que no tiene fin.
Ese es Dios. Su amor no tiene límites. Su grandeza absorbe tu culpa, y la hace nada. Su misericordia está siempre dispuesta a darte una página en blanco, con el fin de que escribas una nueva historia. Su clemencia te espera; sabe que, un día, cuando tus fuerzas ya no existan, cuando el peso de la culpa te lleve a pensar en la muerte como la única salida, vendrás a él en busca de consuelo.
¿Por qué demorar, si sientes hoy que la misericordia divina toca la puerta de tu corazón? ¿Qué es lo que te detiene? ¿Por qué buscas fuentes de agua envenenada, si Jesús te ofrece el agua de vida? ¡Ven a él! ¡Ahora! Mañana puede ser demasiado tarde. No salgas de casa, hoy, sin repetirte a ti mismo: "Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

lunes, 28 de marzo de 2011

UN DÍA MUY FELIZ

Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:9).

Era un día agitado, todos parecían inmersos en tareas concretas. El decorador entretejía cintas y lazos, los cocineros hacían gala de sus habilidades, los músicos ensayaban sus melodías y la maestra de ceremonias lanzaba al viento un anuncio especial: «28 de marzo de 1989...». Aquel era un día feliz, en el que el amor envolvería en un beso dos corazones. Los invitados... ¡ansiosos! Los padres... ¡exhaustos! Los novios... ¡nerviosos! Todo parecía un carrusel de eterna felicidad.
Por fin las puertas del templo se abrieron para agasajar a los invitados. El novio estaba hecho un manojo de nervios, la novia iba envuelta en su vestido blanco, las parejas acompañantes estaban más elegantes que nunca. Todo estaba listo, pero algo no iba bien. El pastor que debía oficiar la ceremonia no había llegado. Recuerdo muy bien aquel intenso día... porque era el día de mi boda.
Nos sentimos muy felices cuando nos invitan a una boda o a algún evento especial. Pero ser invitados al evento más grandioso de la historia del universo debe ser considerado el honor más grande y la mayor oportunidad que jamás se nos hayan concedido. Tú y yo somos llamadas a participar de ese extraordinario evento. ¿Estás tomando en serio esa invitación? Unirnos para siempre bajo el manto del amor era nuestro mayor anhelo. ¿Piensas con frecuencia en el día en que participes de las bodas del Cordero? ¿Qué preparativos estás haciendo?
¿Está tu familia entera preparándose para asistir a las bodas celestiales? Aquel 28 de marzo el pastor llegó justo a tiempo y hoy mi esposo y yo nos encontramos felizmente casados y disfrutando de un amor que crece con el tiempo. El gran Pastor muy pronto llegará para unir a su iglesia con Cristo por toda la eternidad. ¿Estarás lista para ese día? ¿Has establecido tus prioridades en función de una fecha tan señalada? No dejes que nada ni nadie te quite ese privilegio. Clama fervientemente cada día: «Señor, gracias por llamarme. Guía mi vida para que tu llamado se convierta en realidad con mi presencia en las bodas del Cordero».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ERRORES SIN SOLUCIÓN

Un pecador destruye mucho bien. Eclesiastés 9:18.

Hay errores que no pueden ser reparados. Al igual que los vidrios de los automóviles viejos, que al sufrir un golpe o un impacto se trizan y luego se resquebrajan en cientos de partes irreparables, hay errores que dejan una huella irreparable.
Esto le ocurrió al novio de una alumna muy querida. Se enamoraron desde la adolescencia y contrajeron un noviazgo serio por un tiempo. Con sus diecinueve años, este joven sintió que perdía el tiempo al estar en una relación formal y en diversas ocasiones engañó a su novia. Todo parecía funcionar sin problemas, y él razonaba que el hecho de que los padres de ella no le daban muchas libertades, le daba a él el derecho de llevar una doble vida.
El tiempo pasó, y llegó el día en que una de sus aventuras amorosas no terminó como lo esperaba: la chica quedó embarazada. Con un dolor inmenso debió contarle a su novia, mi alumna, el error que había cometido. Como ella decidió terminar con el noviazgo, él insistió en que la relación continuara, ya que no amaba a la madre de su futuro hijo. Poco después del fin del noviazgo, se dedicó a las drogas, porque no podía aceptar vivir separado de aquella a quien consideraba el amor de su vida. Por otra parte, había un hijo en juego, y toda la responsabilidad que eso significaba. Nunca más volvieron a ser novios, aunque los dos se amaban muchísimo.
Esta dolorosa "novela" se podría haber evitado si él hubiera valorado a la persona que tenía a su lado. La Biblia procura mostrarnos de antemano que quien se dedica a una vida de pecado, "destruye mucho bien", porque hay errores que tristemente no pueden ser reparados. Reconocer la equivocación, arrepentirse y confesar la falta no son suficientes para borrar toda la historia y comenzar de nuevo. Hay consecuencias que no pueden ignorarse, al igual que cuando se rompe un vidrio.
Dios, como nuestro Padre de amor, procura prevenirnos de esa clase de errores. Él sabe por anticipado cuáles serán los amargos resultados de vivir en pecado. Por eso, en su Carta de amor, intenta llamar la atención a cada hijo suyo para que evite todo contacto con el mal. La doble vida y el engaño en el amor no deben tener parte entre los hijos de Dios.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

MÁS GRATITUD

Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Efesios 5:20.

El versículo de ayer hablaba de la gratitud "en todo". Hoy, el apóstol Pablo te lleva a seguir creciendo en la experiencia cristiana: No es suficiente con agradecer a Dios "en todo"; es necesario llegar al punto de ser grato "por todo". Hasta por el dolor y las lágrimas; por la muerte, incluso. Por las cosas que no entiendes y que te hacen sufrir. Por el misterio de las injusticias, que te deja el corazón partido.
El mundo en el que vives es un mundo de dolor. El pecado trajo sufrimiento y muerte. La tristeza, hoy, es ley de esta vida. Sufren los buenos y los malos; nadie es inmune al dolor.
Entonces, Dios toma el dolor y lo transforma en un instrumento pedagógico. Es en el sufrimiento que creces y te haces grande; es su fuego que te conduce al valle de la purificación. Como el oro y como el diamante que, en el fuego de las dificultades y en el dolor del esmeril, se hacen más puros.
Tal vez no lo entiendas hoy. Quién sabe, en este momento tu mundo se derrumba a pedazos. Miras hacia adelante, y nada ves. Las sombras te asustan. ¡Y ahora viene San Pablo a decirte que debes ser agradecido por todo!
¿Cómo serlo, cuando el dolor te asfixia? Entonces, déjame decirte por qué es necesario ser agradecido.
Cuando dices "Gracias, Señor", reconoces que, por detrás del dolor y de las lágrimas, hay Alguien allá, arriba. Al hacerlo, tu inconsciente se siente seguro aunque no lo percibas conscientemente. La noche continúa, pero tu cielo se ilumina de estrellas; y puedes caminar aunque el sol todavía no haya salido.
Por eso, hoy, dirige tus ojos a Dios y dile: "Señor, no entiendo nada. Desde mi punto de vista, lo que me está sucediendo parece absurdo e injusto, pero tú eres mi Dios y, aunque no entiendo ni imagino por qué permites que sufra, acepto tu plan soberano en mi vida, y te agradezco".
En ese instante verás cómo, desde el fondo de tu ser; de allí donde solo había un ser tímido y pesimista, nace un guerrero con actitud victoriosa. Y partes para la lucha sabiendo que, aunque tengas que sangrar, la victoria está asegurada.
¿Qué esperas? Sal a tus actividades diarias "dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

domingo, 27 de marzo de 2011

DA LO QUE TENGAS

Qué es eso que tienes en tu mano te pregunto Jehová. «Una vara» le respondió Moisés. (Éxodo 4:2).

¿Por qué no seré como los demás? ¿Por qué no les caigo bien? Sí miran en mi corazón, ¿quién sabe qué han de ver?» Esta nostálgica melodía, cantada por una simpática arañita de unos dibujos animados infantiles, encierra el clamor de muchos corazones que viven en un mundo más que duro. Parece difícil lograr un equilibrio entre lo que soy, lo que Dios me ha dado y lo que el mundo espera de mí. Creo que todas pasamos por momentos similares.
Cuando apenas comenzábamos nuestro ministerio, fuimos enviados a una iglesia con una feligresía numerosa. La familia saliente tenía muchos años de experiencia y la esposa del pastor era una gran mujer. Yo la conocía bien, ellos habían pastoreado mi iglesia. La casa pastoral quedaba en la plañía superior de la iglesia y mientras subía y bajaba, enfrascada en el traslado del mobiliario, escuché una conversación: «¡Qué cambio tan radical! ¡Tú eres toda una mujer, pero esta... no parece gran cosa!».
Me quedé paralizada. Aquella mujer sabía que yo había escuchado sus palabras y la esposa del pastor trató de ayudarme hablando bien de mí, pero lo único que yo quería era desaparecer y no tener que mirar a aquella señora tan «bienintencionada» y «preocupada» por el progreso de la iglesia. Mis labios no pronunciaron palabra, solo dibujaron una sonrisa nerviosa que quiso romper aquel silencio interminable. Seguí caminando, esta vez con una carga superior a la del cansancio físico, ya que habíamos hecho una travesía larga y agotadora.
¿Respondería yo a las expectativas de aquellas personas? ¿Pensarían lodos así? En aquel momento elevé mi corazón a Dios: «Señor, ayúdame a ser lo que tú quieres que sea». Y Dios, que nunca nos abandona, rae dio tiempo después el grandísimo placer de ver a aquella mujer cambiar radicalmente de opinión.
Tú también puedes ser lo que Dios quiere que seas. ¿Qué tienes en tu mano? ¿Cuáles son los dones que te ha dado? Lo que él te dio es lo que debes dar. Colócate incondicionalmente en sus manos.
Señor, ayúdanos a confiar en que daremos lo que tú nos has dado.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

BELLEZA SIN CABEZA

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme ajehová, esa será alabada. Proverbios 31:30.

La belleza es uno de los atributos humanos más cotizados. A lo largo de la historia humana siempre se valoró la belleza tanto femenina como masculina, y actualmente hay quienes hacen girar su vida en torno a esta cualidad.
Por poseer un lindo rostro, un físico atractivo y una buena estatura, hay quienes ganan miles de dólares semanales exponiendo su cuerpo ante las miradas del mundo. No hubo un sacrificio previo (excepto quizá la dedicación a la dieta y el ejercicio), no hizo falta estudio o dedicación, simplemente nacieron con el atributo de la belleza, y por eso obtienen un provecho económico.
No es fácil ignorar la belleza, pero no lo es todo. Sé muy bien que en la adolescencia y la juventud temprana, el atractivo físico de la otra persona juega un papel fundamental al inicio de la relación, pero puedes equivocarte mucho si solamente empleas ese criterio en tu elección.
Alfredo Bottoni, el padre de un gran amigo, nos dijo en una ocasión: "La belleza dura unos años y luego te queda el carácter de la otra persona. No se dejen arrastrar solo por la figura. Sepan mirar el corazón, la sencillez, la honradez, aprendan a observar los atributos que los ayudarán como personas en esta vida".
Las Escrituras no le restan importancia a la belleza física, y mencionan dos características para recordar: "Engañosa" y "vana". La primera hace alusión al carácter, ya que un lindo rostro y una figura escultural pueden hacer que algunos concluyan que también el corazón es atractivo. En cambio la "vanidad" hace alusión a algo "inútil" y "sin provecho", es decir: ¿de qué sirve el atractivo físico si el carácter es repulsivo? La belleza exterior sin belleza interior es inútil, vana.
El criterio de elección que recomiendan las Escrituras es "el temor a Jeho-vá". Solo aquellos que tienen un temor reverente de Dios, que procuran vivir bajo la luz de su Palabra y hacen de su vida un canal de bendición para los demás, tienen la alabanza y la aprobación divina. El atractivo exterior tiene valor hasta cierto grado, pero la entrega a Dios no tiene precio.
Cuando escucho en las noticias que alguna actriz o algún actor famoso y renombrado por su atractivo físico se divorció numerosas veces, me pregunto ¿Habrán recordado sus cónyuges que en la convivencia poco importa la belleza? ¿Cuánto tiempo puedes convivir con alguien egoísta, orgulloso, que nunca pide perdón cuando se equivoca, rencoroso y malhumorado? No creo que mucho. Así que no dejes de valorar el consejo bíblico, ya que el temor de Jehová hará que esa persona tenga un carácter tal que dé gusto vivir con ella.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

GRATITUD

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18.

El texto de hoy presenta tres ideas. La primera es "dad gracias en todo". La gratitud, en la vida del cristiano, no necesita de una causa. Debe ser una manera de encarar la vida.
El segundo pensamiento es que la "voluntad de Dios para nosotros" es que vivamos siempre agradecidos. Una actitud agradecida es el camino divino para llevarte a una vida realizada y feliz.
Finalmente, solo puede vivir una actitud permanente de agradecimiento la persona que está "en Cristo Jesús". De acuerdo con este consejo divino, debemos agradecer no solo por las cosas buenas que nos suceden sino, incluso, por las cosas tristes y desagradables que se presentan en el camino. ¿Por qué? "porque esta es la voluntad de Dios". En esta vida, tal vez nunca logres entenderlo; pero, la verdad es que Dios jamás se equivoca. Aun cuando el dolor toque tu vida, Dios tiene un propósito educativo para ti.
Julián, un empresario mejicano de éxito en los Estados Unidos, me dijo eso un día, mientras viajábamos, por tierra, de Menfis a Knoxville. El sol incendiaba el horizonte, anunciando que el día se iba. Los ojos de Julián, fijos en la carretera, no disimulaban su emoción al recordar las circunstancias difíciles que lo obligaron a salir de su país, para salvar su vida.
Su padre, un sicario a sueldo, había provocado a un jefe de la mafia mejicana que explotaba el tráfico de drogas en la frontera. El temible traficante había condenado a muerte a toda la familia: la madre de Julián y dos hermanos suyos ya habían sido asesinados. Al joven atlético, de cabellos ondulados y rostro refinado, no le quedó otro camino sino aventurarse a cruzar ilegal-mente al país vecino.
-Si no hubiese sido por aquel incidente, yo nunca habría salido de mi patria -me dijo-. Y, mire usted, yo no sabía que Dios me estaba dirigiendo hacia una vida de prosperidad y de éxito.
Eso es lo que Pablo quiere decir en el versículo de hoy, cuando aconseja dar gracias a Dios en todo. El Señor nunca falla. Solo que esa actitud es posible únicamente cuando estás "en Cristo Jesús". Por eso hoy, antes de partir hacia la lucha del día, sé agradecido. Y ten la seguridad de que tu vida está escondida en el Señor Jesús, porque "dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

sábado, 26 de marzo de 2011

LA MAÑANA VIENE

La mañana viene para ti, morador de. la tierra; el tiempo viene, cercano está el día (Ezequiel 7:7).

Cada vez que leo este capítulo me doy cuenta de que Dios está anunciando una sentencia sobre el mal y sobre los que lo cometen. Si traigo ese texto al presente, puedo oír a Dios diciéndome: «La mañana viene para ti, Rut; el tiempo viene, cercano está el día de tu encuentro conmigo». ¿Qué impresión te causa colocar tu nombre en este versículo?
Vivimos en un mundo que se ha convertido en una noche extensa que oculta bajo su negro manto las maldades humanas. ¿Qué significa para ti anhelar la llegada cíe la mañana? Recuerdo que cuando era pequeña y sentía miedo de la oscuridad me refugiaba en la cama de mis padres hasta que llegaba la luz del sol. Sentía que nada me podía hacer daño si mis padres estaban presentes. Esa es una lección que debemos llevar con nosotros a través de los años: no tenemos que tener ningún temor, porque nuestro Padre nos acompañará hasta que llegue la mañana.
Aunque la mañana para algunos es seguridad, para otros no es más que otro día de espera para sumirse en la desesperación de una nueva noche tormentosa. Como cristianas debemos alegrarnos con la llegada de la mañana gloriosa, esa mañana que. nos librará de tantos tormentos. «La mañana reina ya en mi corazón», es la afirmación del compositor de un hermoso himno que expresa el anhelo de vivir esa manaría eterna. Y prosigue diciendo: «Toda sombra ha disipado mi Señor. Yo cantando alegre voy, porque con Jesús estoy. La mañana reina ya en mi corazón». ¿Es posible sentir la experiencia gratificante que nos permite vivir esa mañana anticipadamente?
Si depositas en Jesús tu confianza, sabiendo que el mañana traerá la luz de! sol sobre tu vida, entonces las palabras «la mañana viene sobre ti» se convertirán en un mensaje de ánimo, esperanza y paz. Prepárate para la mañana gloriosa del pronto regreso de tu Salvador, pero eleva también una constante oración: «Señor, hasta que llegue la mañana, no me sueltes de tu mano».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CAMINANDO A LA VISTA DE DIOS

Porque los caminos del hombre están ante los ojos dejehová, y él considera todas sus veredas. Proverbios 5:21.

En su gran mayoría, la gente de hoy se comporta como si no existiera un Dios. Viven a su antojo, eligen sus caminos, y llevan un ateísmo práctico, salvo cuando están en una iglesia o al despedir los restos de un difunto. Para muchos, Dios está solo en la iglesia, y una vez que se sale de ella, cada hombre y mujer es dueño de vivir como quiera.
Como seguidor de Jesús no debes albergar esta manera de pensar, porque la Biblia nos enseña que Dios está presente en todo lugar y momento. Sus ojos vigilan toda la redondez de la tierra y descansan sobre cada uno de sus hijos. Cuando formalizas una relación con alguien, la mirada de Dios continúa contigo, y esto merece ser recordado.
Mariana había comenzado su relación de noviazgo con un joven un año mayor que ella, y aparentemente los primeros meses fueron sumamente especiales. Luego, la rutina de la vida cotidiana hizo que este joven dejara de darle a Mariana la debida atención y comenzara a fallar a las citas, no llamarla por teléfono como solía hacerlo y mentirle para salir con sus amigos. Ella venía cada tanto a mi oficina a pedirme consejos sobre cómo actuar con él, y aunque sabía que lo mejor era terminar, sentía que no podía hacerlo. Igualmente, se había prometido que si él llegaba a engañarla una sola vez, todo se terminaría.
Esta relación continuó con muchos tropiezos, hasta que finalmente ocurrió lo que ella temía: lo descubrió en un engaño. El gran dolor de sentirse traicionada, la humillación y la vergüenza ante sus amigos y sentir que lo continuaba amando, hicieron que llorara sin consuelo por varios días. No pudo dejarlo como se había prometido, lo amaba "demasiado", y aceptó una condición sumisa porque no se veía viviendo sin él.
Si bien el ejemplo que di es de un varón, también hay señoritas que viven de igual manera. Se comportan desconsideradamente, son egoístas, y lo único que desean es satisfacer sus caprichos. No piensan en el otro, no ven que sus actos pueden herir y golpear los sentimientos ajenos y por eso no cambian, están acostumbrados a ser así y no desean una transformación.
"Los caminos del hombre están ante los ojos de Dios", escribió el salmista, y esos ojos que miran tus caminos desean que vivas sin hacerle daño a la persona que está contigo. Si el Señor te da la posibilidad de tener una persona especial a tu lado, no la menosprecies ni la humilles con tus actos, trátala como desearías que te trataran a ti, y verás que la relación se torna un deleite.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

¡QUÉ PROMESA!

Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. 2 Pedro 1:4.

Otoniel ama a Jesús. Se dejó encontrar por el Salvador una noche de delirio, horror y sufrimiento. Lenguas de fuego y de infierno lamían su cuerpo herido, mientras se debatía entre la vida y la muerte, víctima de una sobredosis de cocaína. Sombras informes se acercaban a él, amenazadoras; figuras grotescas, fruto de su imaginación enferma.
En su desesperación, clamó a Jesús. Y recibió la respuesta. Al salir de la clínica de recuperación, era un hombre transformado. Su vida es uno de los grandes testimonios acerca del poder transformador de Jesucristo.
Lo que Otoniel no entiende es por qué continúa sintiendo ganas de hacer cosas malas, si ya está convertido. El versículo de hoy brinda la respuesta para todas las personas que, como Otoniel, tratan de andar en los caminos de Dios, pero descubren que dentro de ellas hay una fuerza extraña, que las empuja hacia el mal.
Pablo declara que hay una "corrupción en el mundo a causa de la concupiscencia". El apóstol se está refiriendo a la naturaleza pecaminosa con la cual todos nacemos después de la entrada del pecado. A esa naturaleza no le gusta andar en los caminos de Dios, y es la fuente de todos los malos deseos.
Lamentablemente, esa naturaleza nos acompañará hasta el día de la venida de Cristo. Solo entonces, "esto mortal, será vestido de inmortalidad y esto corruptible, de incorruptibilidad".
A pesar de eso, la promesa divina es alentadora: él nos librará de este "cuerpo de muerte", y viviremos en paz por toda la eternidad.
Por tanto, no desesperes. Busca a Jesús todos los días. Escóndete en sus brazos; refugíate en sus fuerzas. El enemigo puede venir a ti, con todos los ejércitos de sus ángeles malignos, pero en Jesús estarás seguro.
El hecho de haber fallado ayer no quiere decir que hoy perderás la batalla. Todas las huestes angelicales están atentas a tu decisión. Decidir es tu parte; el resto, déjalo con Jesús. Y recuerda: "Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

viernes, 25 de marzo de 2011

EDIFICANDO CON SABIDURÍA

La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manas la derriba. (Proverbios 14:1).

Existe el concepto de que la sabiduría y la inteligencia son sinónimos. Pero, aunque las dos provienen de Dios, hay un factor que marca la diferencia entre ambas: la inteligencia es algo que Dios coloca en tus genes al formarte y que llevas contigo toda tu vida, mientras que la sabiduría se adquiere, pero no con oro, ni con influencias, sino entregando tu voluntad para ser entretejida con las cuerdas de la sabiduría divina. Ser sabias implica ser humildes, reconocer los errores y emprender de nuevo la carrera del éxito.
¿Qué quiere decirnos Dios mediante este proverbio? ¿Puede la mujer, con sus manos, literalmente derribar una casa? Salomón se refiere a la tuerza de la sabiduría como el único medio de vencer los mayores obstáculos. Edificar una casa va más allá de paredes sólidas, cubiertas de pintura y decoración. Edificar implica velar, orar, actuar, escoger sabiamente, decidir lo correcto. Es ser alguien que está preparado para el presente, sin olvidar el pasado ni pasar por alto el futuro. Pero, ¿puede alguien humano ser así de perfecto? Es imposible responder a todas las expectativas de la vida sin equivocarnos, pero hay una salida para los que anhelan edificar sólidamente sus vidas y las de sus familias: «Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará» (Sant. 1: 5).
Dios parece decirnos: «Es ilógico que te falte sabiduría, porque yo estoy dispuesto a dáñela en todo momento». A veces dependemos solamente de nuestras habilidades y nos olvidamos de que el éxito está en las manos de Dios. Solo tenemos que acudir a él para obtenerlo. ¿Gratis? Bueno, hasta cierto punto. Dios te da la capacidad sin costo alguno, pero tienes que arrancar. Es como un lujoso auto: Dios te lo obsequia, te da la llave, te llena el tanque de combustible y te da el manual para conducir. ¿Qué falta? El chofer dispuesto a conducir.
Edifica hoy tu casa bajo la sabiduría de Dios. Comienza tu día edificando en oración: «Señor, ayúdame a construir mi hogar con tu sabiduría».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CONSECHAR CON ALEGRIA

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Salmo 126:5.

Una de las tantas características de dos personas enamoradas es que desean estar todo el tiempo juntas. Todo momento resulta agradable para conversar, hacer planes para el futuro y disfrutar de un momento de intimidad afectiva. Pero uno de los problemas que muchas parejas tienen es encontrar un equilibrio entre el tiempo para estar juntas y el tiempo para las responsabilidades.
En muchos casos sucede que quien busca a otra persona con propósitos serios para formar una familia, también está en la etapa de la capacitación profesional. Saber distribuir el tiempo sin perjudicar ninguna de las partes puede ser difícil cuando no existe un buen sistema de prioridades.
No puedo hablar del noviazgo y dejar de recordar los momentos difíciles que tuvimos que afrontar con quien hoy es mi esposa, al tener que separarnos por los compromisos con nuestras carreras universitarias. Vivíamos a pocas cuadras de distancia, íbamos a la misma universidad, pero nuestros horarios eran tan diferentes que en el último año de novios solo nos veíamos los viernes y sábados de noche. Como los sábados durante el día salía con un grupo misionero de la universidad a atender algunas iglesias de la zona, ni siquiera podíamos compartir juntos el culto sabático. En una de sus cartas, esa novia dolida me escribió: "Te extraño un montón, me encantaría vivir contigo para no tener que separarnos más... No puedo esperar hasta la próxima vez que nos veamos, ¿cuándo vas a volver?"
Nos extrañábamos, nos recordábamos y sentíamos que ese año nunca pasaría, pero pasó. Hoy, ya juntos para siempre, cada tanto viene a nuestra memoria lo difícil que fue ese tiempo de separación. Por otra parte, vemos cómo la mano de Dios nos permitió realizar una siembra responsable en el terreno profesional. El salmista también comprendía lo difícil que resulta a veces efectuar una buena siembra, y por eso se refirió a "los que sembraron con lágrimas". Esas lágrimas derramadas por el dolor de la separación, de la fatiga, del deseo de ver una tarea culminada, no quedarían sin fruto, ya que luego agregó, "con regocijo segarán".
Si tienes que mantenerte separado de la persona que amas con el propósito de estudiar o capacitarte profesionalmente, no dejes de hacerlo. Si ella realmente te ama, te comprenderá y sabrá que al final es para el bien de ambos. Todo lo que tiene valor e importancia en esta vida no viene sin un sacrificio previo, y es conveniente que tú y esa persona lo tengan en cuenta.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

RECOMPENSA

Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Isaías 58:10.

Gente sincera cree que la vida cristiana es una colección de obligaciones. Muchas personas tienen miedo de leer la Biblia; no quieren más deberes. Y ahora viene Dios, en el versículo de hoy, dándote otra orden: "Ayuda al que necesita".
La pregunta que acude a tu mente tal vez sea: "¿Por qué debo ayudar?" El problema con los seres humanos es que, frecuentemente, pensamos que las recomendaciones bíblicas son una especie de fardo que hay que cargar. Pero, cuando Dios nos dejó sus consejos, no fue con el propósito de hacer de la vida de sus hijos una carga pesada. Lo que tenía en mente era hacerte una persona feliz y realizada.
El texto de hoy trae una de las promesas más bellas de la Biblia. Es una promesa condicional. Primero, viene la condición: "Si dieres tu pan al hambriento y saciares al alma afligida". Después, viene la promesa: "en las tinieblas nacerá tu luz y tu oscuridad será como medio día".
Norma era una joven sumergida en las turbias aguas de la depresión. La vida no tenía color para ella. Las sombras de la tristeza se apoderaron de su alma durante varios años, a raíz de la ruptura de un noviazgo prolongado.
Un psicólogo cristiano le recomendó, cierto día, una terapia aparentemente sin sentido: ella debía visitar un barrio pobre, llevando comida para niños necesitados. Al principio, los padres la llevaban casi por la fuerza; era parte de su tratamiento. En poco tiempo, sin embargo, la luz empezó a iluminar la vida de esta joven. Contemplar la alegría y la gratitud de esos niños que no tenían qué comer fue la cura para la depresión.
Cada vez que extiendes la mano para ayudar al necesitado, abres las ventanas de tu vida para que el sol entre e ilumine cada rincón sombrío de tu corazón. Una vida centralizada en las propias carencias y necesidades está aprisionada en la oscuridad del egoísmo. No tiene alegría; lo que llama felicidad no es otra cosa sino carcajada hueca, vacía y sin sentido. No pasa de ser el grito desesperado de un alma envuelta en la sábana oscura de sus temores y miedos.
Por eso hoy, antes de iniciar las actividades del día, recuerda que "si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía".


Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

jueves, 24 de marzo de 2011

UN MONSTRUO ANDA SUELTO

No te entremetas, pues, con el suelto de lengua. (Proverbios 20:19).
El don del habla es uno de los más preciados por el ser humano. Poderse comunicar a través de la palabra abre ante nosotros un mundo infinito de posibilidades. Realmente admiro a aquellas personas que, a pesar de no poder hablar, hacen todo lo posible por integrarse en el mundo del sonido en que vivimos. He leído muchas veces la historia de Helen Keller, una mujer que, afectada por las sombras y el silencio, llegó a superarse de una manera extraordinaria.
Este don tan importante creado por Dios para un uso bueno se ha visto bombardeado por el pecado causando males tan grandes que se ha convertido en un enemigo implacable. ¿Cuántas personas han muerto como consecuencia de una orden emitida por este órgano creado para el bien? ¿Cuántos corazones han sido heridos por los dardos venenosos de la palabra? ¿Cuántos niños crecen sin el amor de unos labios cubiertos de besos y caricias? ¿Cuántas vidas han quedado deshechas por las críticas y el desprecio?
El consejo bíblico no solo nos impele a no participar del chisme y la crítica destructiva, sino que nos recomienda alejarnos de. aquellas personas que no tienen en cuenta el valor de sus palabras. Conozco personas que emplean gran parte de su tiempo en interesarse por el prójimo, pero no para socorrerlo y brindarle ayuda cristiana, sino para comentar, criticar, juzgar e incluso levantar falso testimonio. Cuan lamentable será en el día final escuchar las palabras reprobadoras de Cristo: «¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!» (Mat. 7: 23, NV1).
Puede ser que no te consideres una persona con ese defecto, sin embargo, debes mantener la guardia en alto, porque muy sutilmente puedes ceder ante la tentación de realizar algún comentario desfavorable cíe alguna persona, causando mal cri lugar de bien. Pídele a Dios cada día que te ayude a conservar tus labios puros. Corno dice el himno: «Que mis labios al hablar, hablen solo de tu amor». Y recuerda: cuida tu lengua y también tus oídos de la compañía de aquel que tiene la lengua suelta.
Señor, conserva nuestra lengua si mancha.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

EXPERIENCIA DE VIDA

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre. Proverbios 1:8.

¿Consideras a tus padres algo viejos y fuera de época? ¿Crees que ellos no te pueden aconsejar sobre la elección del amor de tu vida? ¿Crees que sus tiempos fueron distintos a los tuyos y que no vale mucho su ayuda? Si piensas de esta manera, te pareces mucho a mí, porque en algún momento de mi adolescencia y juventud yo también llegué a pensar de esa forma.
Pero, más allá de lo que pienses sobre tus progenitores, quiero contarte parte de la historia de Mónica. Tenía dos hermanos varones, pero ella era la hija menor, y como ocurre en muchos hogares, por ser la menor, sus padres siempre la consintieron en sus caprichos. Creció, y aunque sus hermanos la cuidaban y la defendían cuando hacía falta, los consejos de ellos y de sus padres le parecían ridículos. Después de todo ¿no era lo suficientemente inteligente como para saber qué caminos tomar en la vida?
En el segundo año de la universidad conoció a un joven que provenía de una familia adinerada, y después de un año de noviazgo decidió casarse. Padres y hermanos lucharon para que no lo hiciera, le mostraron los errores de carácter, los malos hábitos y los aspectos tristes de la personalidad del futuro esposo, pero para Mónica su sentido común y su inteligencia le bastaban para darse cuenta de todo. Todos en su familia le rogaron que no se casara, pero lo hizo de todas maneras.
A las pocas semanas se dio cuenta del error que no había sabido ver. Ella era la que trabajaba en su hogar, porque su esposo navegaba en Internet hasta las cuatro o cinco de la mañana y al otro día estaba cansado para ir a buscar trabajo. Se peleaban, se insultaban constantemente y todo el idilio del noviazgo había desaparecido. A todo esto, y como si fuera poco, antes del año de matrimonio, y cuando ya estaban planeado el divorcio, Mónica quedó embarazada.
Con cuánta sabiduría Salomón expresó: "Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre", porque los padres que aman realmente a sus hijos jamás les aconsejarán algo para perjudicarlos. Ellos pueden haber vivido en otra época, puede faltarles información o la memoria, pero su experiencia de vida los capacita para dar instrucciones muy valiosas. A la hora de elegir al amor de tu vida, además de consultar a Dios en oración, permítele a tus padres que se expresen libremente, quizá puedan ahorrarte disgustos futuros para tu bien.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

HERENCIA

Para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros. 1 Pedro 1:4.

A Marcelo no le gusta esperar; creo que a nadie le gusta. El ser humano es .¿Vapresurado por naturaleza. La paciencia es virtud de pocos. Y, sin embargo, Dios desea desarrollar, en sus hijos, la paciencia: el arte bendito de esperar.
Las mejores cosas de la vida no las encuentras en un par de días. Si plantas una semilla de naranjero, tendrás que esperar tres o cuatro años a fin de saborear su delicioso fruto.
Marcelo cree que la vida es corta como para "desperdiciarla" esperando. Vive una vida alocada y sin restricciones; anhela devorar con los ojos todos los placeres del mundo. Y sufre. Porque la vida está hecha de tiempo; y el tiempo demora en pasar.
Piensa en el amor con que la madre espera, ansiosa, la llegada del hijo que carga en su vientre. Habla con él como si ya pudiese entender las cosas; dialoga, le pide opiniones, como si el bebé fuese un adulto que pudiese responder. Es que, para la madre, el niño ya existe aunque todavía no haya nacido.
Eso es, justamente, lo que Dios desea que suceda con los seres humanos. Nos habla de herencia; algo que no se deteriora, no se contamina y no se acaba jamás, pero que todavía está en los cielos.
No la puedes tocar, pero la puedes ver con los ojos de la fe. La puedes imaginar, añorar y esperar, sabiendo que las promesas divinas nunca fallan.
Dios sabe que la fuerza de la esperanza es lo que da valor, al ser humano, para enfrentar los peligros del camino mientras todavía no llegamos al hogar.
Por eso, haz de hoy un día de esperanza. Cierra los ojos, e imagina esa herencia incorruptible e inmarcesible que te espera en los cielos.
Marcelo dice: ¿Para qué quiero cielos si estoy en la tierra? Sí, Marcelo, tú estás en la tierra; pero, aunque no lo creas, esta tierra es pasajera: acaba como acaba el día. Se va, como se van los años y la juventud. Y ¡ay de aquel que solo vivió para el presente!
El futuro puede parecer distante. Pero llega. Escríbelo en las tablas de tu corazón y, mientras ese día no llega, recuerda que es necesario prepararse "para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 23 de marzo de 2011

UN ENCUENTRO IMPRESCINDIBLE

No ames el sueño, para no empobrecerte; abre tu ojos y te saciarás de pan. (Proverbios 20:13).

Por lo general, agradezco al reloj cuando me avisa de que ya es hora de terminar las tareas diarias y descansar. El trabajo en un hogar nunca termina, parece un engranaje imposible de detener. Las obligaciones se repiten una y otra vez, dejando una estela de agotamiento sobre nosotras. Entonces, el sueño llega como un bálsamo restaurador para cargar nuestras agoladas balerías.
El texto de hoy no habla acerca de ese descanso que Dios mismo hizo para el bien humano, sino que señala el peligro de desperdiciar el tiempo dedicándonos nada más que al descanso. Desde bien pequeña, mi madre constantemente tenía una tarea que darme, y repetía las palabras: «Mente ociosa, taller del diablo». Así logró hacer de mí una mujer laboriosa. Tanto es así, que a veces mi esposo tiene que recordarme que el descanso también forma parte de la salud tísica y mental.
La pobreza no solo tiene que ver con lo material, también puede ser espiritual, intelectual y social. A veces alegamos no tener tiempo para nuestra devoción personal, pero lo cierto es que hay tiempo para todo debajo del sol (ver Ecl. 3: 17). Si le quitas a tu sueño 15 minutos diarios, puedes aprovecharlos para meditar y orar.
Por naturaleza, me gusta acostarme temprano y levantarme temprano, así que nunca ha sido un problema para mí despertarme cuando el sol apenas sale y pasarme una hora o más estudiando. Después de casada he mantenido esta costumbre, pero cuando comenzaron a llegar los hijos empezaron los cambios. Agotada por el peso del trabajo, muchas veces me acostaba muy tarde y así fui reduciendo el tiempo que dedicaba a mi devoción personal.
Dios, quien siempre está al tanto de nuestras vidas, me ha sacado de ese bache. Me ha hecho ver que sí hay tiempo cuando una se lo propone. Y que el tiempo restante Dios lo bendice cuando somos fieles en nuestro encuentro diario con él. Hoy mi devoción es diaria y en ella encuentro mi mayor consuelo. No dejes que nada se interponga en tu encuentro diario con tu amante Padre.
Señor, cada día abre nuestros ojos y saciarnos del pan de vida.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

UNA PARA UNO

Lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas estas nunca hallé. Eclesiastés 7:28.

Desde hace siglos, algunos segmentos de la sociedad han sentido admiración hacia los hombres que tienen varias mujeres. La poligamia en algunas culturas es vista como el privilegio de los poderosos e influyentes.
Esta manera de pensar incluso ha "contagiado" a las mujeres. Se las ve como autosuficientes e independientes cuando viven solas y se pueden mantener, y son aun más "poderosas" cuando usan a los hombres para satisfacer su placer sexual, pero no se involucran sentimentalmente con ellos.
Muchos han llegado a pensar que tener ese tipo de experiencias es "disfrutar realmente de la vida", pero veamos el caso que narra la Biblia de un hombre que tuvo muchas mujeres: Salomón. Este rey y poeta nació como príncipe y luego fue rey, y en su deseo de alcanzar grandezas construyó palacios, amontonó oro y joyas, tuvo muchísimos siervos y criados y también muchas esposas. Las Escrituras nos cuentan que "tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas" (1 Reyes 11:3). En otras palabras, si Salomón quería estar cada noche con una mujer diferente, tenía que esperar tres años para repetir la que había tenido al principio.
Quienes no conocen su vida como lo muestra la Biblia, llegan a pensar que Salomón realmente fue un hombre dichoso. Pero hacia el final de su vida escribió: "A esta conclusión he llegado, dice el Eclesiastés, considerando a las mujeres una por una: hasta el día de hoy he tratado de saber el porqué, pero ha sido en vano, a saber, que se puede hallar un hombre entre mil, pero dar con una mujer entre todas estas es imposible" (Eclesiastés 7:27, 28 La Biblia Latinoamérica).
Parece increíble, pero mil mujeres no alcanzaron para que al menos fuera feliz con una.
En su magna sabiduría, Dios diseñó en la creación un hombre para una mujer y una mujer para un hombre. Dentro de su diseño estaba la felicidad de ambos en esa unión, y como el Creador sabía lo que necesitarían, les proveyó lo necesario y suficiente para suplir las necesidades emocionales, afectivas, sociales y sexuales. Dios no se equivocó en su creación, sino que el enemigo trastornó la mente de la humanidad para que pensaran que una persona no bastaba.
Salomón es el triste ejemplo de quien no comprendió los designios de Dios para el matrimonio, pero nos dejó su experiencia para que nosotros no cometamos el mismo error. Una persona es suficiente, porque así nos hizo Dios.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

GALARDÓN

Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra. Salmo 58:11.

¿Que si hay motivos para entristecerse y ponerse nervioso, frente a las circunstancias injustas de este mundo? ¡Claro que los hay! Y muchos, todos los días, en todos los lugares.
A César, por ejemplo, lo despidieron hoy del empleo, por no encubrir una mentira del jefe.
-¡Nadie va a morir por eso! No estamos matando ni robando. Si no estás de acuerdo, me pruebas que tienes la mente estrecha, y no necesito ese tipo de gente en mi empresa -le dijo el dueño, antes de despedirlo.
Al salir a la calle, César sintió que la tierra temblaba bajo sus pies. ¿Qué hacer? ¿Adonde ir? ¿Cómo enfrentar ahora los compromisos? Con su sueldo, pagaba la universidad y le faltaban solo cinco meses para graduarse.
-¡Es injusto, Dios mío, es injusto! -repetía mientras se encaminaba a la parada del ómnibus, en medio de la multitud indiferente.
Entonces, dime: ¿hay motivos para entristecerse y ponerse nervioso, ante las circunstancias injustas de este mundo? Sin embargo, el versículo de hoy afirma que, a pesar de esas injusticias, hay un Dios que juzga, en la tierra.
Esta no es una esperanza de justicia futura, allá, en el cielo. En las dos frases del versículo, el salmista habla en tiempo presente: "Hay galardón" y "Dios juzga". No dice "habrá" ni "juzgará", sino hay y juzga.
Quiere decir que, aunque el pecado domina el planeta trayendo dolor, injusticia y muerte, Dios no permanece indiferente al sufrimiento de sus hijos. Puede parecer que sí; pero el tiempo (y no necesita ser mucho) te probará que el Señor está atento a lo que te sucede.
César encontró empleo en una empresa en la que permanece hasta hoy. Después de su graduación, escaló mucho dentro de la empresa. Actualmente, es uno de los gerentes.
El ex jefe fue preso en medio a un escándalo público, y gente inocente, como lo era César, fue involucrada por apoyar la mentira, por miedo de perder el empleo.
Por eso, hoy, a pesar de las posibles injusticias que puedas estar sufriendo, enfrenta las circunstancias más difíciles recordando que "ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

martes, 22 de marzo de 2011

UNA MUJER PRUDENTE

Dolor es para el padre un Hijo necio y gotera continua las contiendas de la mujer (Proverbios 19:13).

Cuando mi hijo mayor era bien pequeño, nos enviaron a atender una de las iglesias más al oriente de Cuba. Era una ciudad muy acogedora, sus ciudadanos amables, generosos y sinceros. Como familia nos sentimos felices de compartir nuestras vidas con ellos durante tres años, pero la vivienda en la que nos tocó vivir estaba francamente en muy mal estado. Esa región es muy húmeda, está rodeada de montañas y tiene una vegetación exuberante, de un verde único. Había temporadas muy lluviosas y fácilmente se pasaba casi un mes lloviendo sin descanso. Pude comprender allí el significado de las palabras de Salomón «gotera continua», A veces ya había escampado afuera, incluso el sol había salido de su escondite, pero dentro de nuestro hogar persistían las goteras. ¡Era algo realmente difícil de soportar!
Las mujeres somos muy propensas a convertirnos en goteras. Algunas solo a intervalos, otras incesantemente y durante tiempo indefinido. Personalmente no me gustaría ser conocida como una gotera continua, pero me he dado cuenta de que, de vez en cuando, goteo. El peso de la casa, el afán por mantenerla limpia y recogida, nos hace gotear quejas, lamentos y órdenes. Es cierto que llevamos el mayor peso en cuanto a las tareas del hogar, sobre todo cuando tenemos hijos, pero creo que deberíamos medir las consecuencias de nuestras goteras para que no se conviertan en insoportables.
Por otra parte, nuestra forma de hablar, de dirigirnos a nuestra familia, los posibles celos o insatisfacciones que sentimos con respecto a nuestra pareja, pueden convertirse también en una gotera difícil de soportar.
Hagamos un alto en nuestras vidas, dediquemos tiempo a corregir esas goteras y tengamos presente que: «La casa y las riquezas son herencia de. los padres, pero don de Jehová es la mujer prudente» (Prov. .19: 14).
¿Cómo quieres ser reconocida por los que. te rodean? Ante ti tienes las dos opciones: o como una gotera continua de quejas y mandatos, o como una mujer prudente y discreta. Decide hoy entregarte a Dios y él te dará la sabiduría necesaria.
Señor, ayúdanos a ser una bendición para todos los que me rodean.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

DECISIONES DE IMPORTANCIA

Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Proverbios 7:1.

Entre las decisiones que tomas, hay algunas que no tienen gran importancia mientras que otras tienen un peso terrible. Por ejemplo, puedes equivocarte en poner el reloj despertador y llegar tarde al colegio, y lo más grave será que te marquen ausente. Pero, si te equivocas con la profesión que elijas, puedes ser una persona desdichada por tener que trabajar todos los días de tu vida en una labor que no te agrada.
La elección de la persona que vivirá contigo toda la vida tiene una importancia mayúscula. No puede ser tomada a la ligera, no se la debe considerar en un momento de apuro, no se puede hacer sin consultar a Dios. Satanás procurará que te equivoques, que elijas mal, que te enredes en tus errores, porque de esa manera tu hogar pasará a ser uno de los tantos fracasados. Por eso no te alejes de la mano de Dios y de sus mandamientos, y mira qué clase de persona está a tu lado.
Víctor no pudo elegir bien. Aunque había nacido en un hogar adventista, con sus 19 años se había alejado de Dios y de la iglesia. No se había dedicado a estudiar porque su padre le proveía trabajo, y con eso consideraba su futuro asegurado. En el amor, no tenía nada definido, pero se "descuidó" cuando entabló una relación con una joven que no amaba a Jesús. A pesar del disgusto de su familia con esa relación, Víctor la continuó porque no tenía mucho que perder en una relación en la que no amaba a la otra persona. Pero después de unos meses, su novia quedó embarazada, y sintió que se le venía el mundo abajo.
Víctor no estaba preparado para ser padre, tampoco deseaba casarse con una joven que no era adventista, pero asumiendo la responsabilidad que implica la paternidad, se casó para no dejar a un hijo sin padre. Los años pasaron y aunque su esposa ingresó a la iglesia, esa convivencia nunca fue feliz. Celos, peleas, recriminaciones, infidelidades conyugales y dolor fue lo que reinó por años en ese hogar mal formado, aun con la presencia de varios hijos.
Estoy seguro que si alguien le preguntara a Víctor en el presente, ¿te gustaría echar atrás el reloj? Su respuesta sería un SÍ rotundo. Tristemente, no es posible. Hay decisiones que una vez tomadas no se pueden echar atrás, y cuando decidió tener relaciones con esa chica que ni siquiera amaba, no consideró las consecuencias que podrían traerle sus acciones.
Dios te invita en el día de hoy a que atesores sus mandamientos para que te protejan de las consecuencias que te impedirán ser una persona feliz y te cuiden de los errores que podrías llegar a lamentar en el futuro.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

¡ADELANTE!

Y Jesús de dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62.

¡No te desanimes! Aunque todo te parezca perdido. Hay agua allá, en el fondo; continúa cavando. Muchos han muerto de sed a la orilla del río. Faltaban apenas unos pasos, pero miraron hacia atrás, y sus nombres se hicieron polvo en la carretera de la vida.

Alejandro el Grande agonizaba, un día, de sed en el desierto de Gedro-sia, durante la conquista de Persia. Se vio tentado a abandonar la idea de conquistar el mundo de sus días. Estaba cansado, y sus soldados estaban muriendo uno a uno. Sentía que ya no tenía fuerzas para seguir adelante, y se sentó a la sombra de una roca, esperando el momento final.
Mientras esperaba la muerte, vio a una hormiga que intentaba vencer la dificultad de un montículo, cargando una paja. Cayó una, dos, tres veces. El desanimado jefe de los ejércitos griegos contó 38 veces, hasta que el diminuto animal logró vencer el obstáculo. Entonces, se preguntó a sí mismo, avergonzado: ¿No soy mejor que una hormiga?
En ese instante, en medio del calor infernal, apareció un soldado con un casco lleno de agua fresca, y la ofreció a su rey. Alejandro esperó a que los soldados se percataran del hecho y se acercasen, movidos por la curiosidad.
El poderoso conquistador tomó el casco, derramó el agua lentamente, ante los ojos atónitos de los soldados, y exclamó: "Demasiado para un solo hombre, y demasiado poco para todos". Este hecho levantó el ánimo de la tropa, y fue de allí que partieron para la conquista de Persia. Lo que vino después es registro de la historia...
Por eso, ¡no te desanimes! La vida está hecha de luchas y de dificultades; si no fuese así, tal vez no sería desafiante el hecho de vivir. Al nacer, entraste en la lucha de esta vida; pusiste tu mano sobre el arado. Entonces, sigue adelante, venciendo el calor del mediodía, el frío inclemente de la noche oscura o la helada madrugada de tu propia inexperiencia.
¡Despierta! ¡Es hora de luchar y de vencer! El reino es de los valientes, y los valientes lo conquistan. Mucho más, si estás seguro de que la tuya no es una lucha solitaria: Jesús está a tu lado, dispuesto a inspirarte y sostener tus manos cuando estás cansado.
No salgas hoy de tu casa sin recordar las palabras de Jesús: "Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón