lunes, 28 de diciembre de 2009

¡GRACIAS, SEÑOR!

Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias e invocamos tu nombre; ¡todos hablan de tus obras portentosas! (Salmo 75: 1).

En una ocasión a un grupo de niños de primaria se les pidió que hicieran una lista de lo que pensaban eran las siete maravillas del mundo moderno. A pesar de ciertas diferencias, las siguientes fueron las que más votos recibieron:
1. Las pirámides de Egipto
2. El Taj Mahal
3. El Gran Cañón del Colorado
4. El Canal de Panamá
5. El Empire State
6. La Basílica de San Pedro
7. La Gran Muralla China
Mientras contaba los votos, la maestra notó que había una niña que no había terminado de escribir sus sugerencias. Así que le preguntó si tenía algún problema con su lista, a lo que la niña respondió: «Sí, un poquito. No puedo terminar de decidirme pues hay muchas». La maestra entonces le di¬jo: «Bueno, léenos lo que tienes hasta ahora y a lo mejor te podemos ayudar». La niña lo pensó un instante, pero luego leyó: «Yo pienso que las siete maravillas del mundo son: poder ver, poder oír, poder tocar, poder probar, poder sentir, poder reír y poder amar». El salón guardó un silencio total, al punto que si se hubiera caído un alfiler se hubiera escuchado.
Las cosas simples y ordinarias y que nosotros tomamos corno parte de nuestras vidas, ¡son sencillamente maravillosas!
Un recordatorio muy respetuoso: las cosas más preciadas de la vida no se pueden construir con la mano ni se pueden comprar con dinero; todo es regalo de Dios, ¡alabado sea por ser nuestro Padre, por llamarnos sus hijos amados! Cuántas veces caemos en el error de quejarnos por todo, aun por las pequeñeces. Nos parece que todo lo malo solo a nosotras nos pasa, y olvidamos lo valioso de cada día, de vivir, de sentir, de soñar, simplemente de existir.
Te invito a que este día tengas en tu corazón esta oración: «Señor, hazme sensible a tus bondades, conforta mi ser con tu Espíritu para que pueda yo ver tus grandezas».

Rosalba Sáenz de Ortiz
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

RENDICIÓN

Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro, tú nuestro alfarero; ¡todos fuimos hechos por ti mismo! Isaías 64:8.

¿Alguna vez piensas que los objetivos que Jesús tiene para ti son imposibles? Él dijo que tendríamos que amarlo a él más que nada y a los demás más que a nosotros mismos. Imposible. También llegó a decir que tenemos le amar a nuestras enemigos y tratarlos con amabilidad aun cuando nos hagan daño. Impensable.
Quiere que digamos la verdad aun cuando eso nos ponga en un aprieto. No parece probable.
Espera que nos conformemos en cualquier situación en que nos encontremos. Eso no quiere decir que siempre queramos más para nosotros mismos. Eso quiere decir que no nos debemos quejar cuando las cosas no salen como queríamos. Quiere decir que tenemos que estar contentos porque los demás tienen ropa más bonita, mejores notas y más habilidades atléticas. Inconcebible.
Dios nos pide demasiado. Pero lo hizo con toda la intención para que podamos ver lo inútil que es querer salvarnos por nosotros mismos.
Así que, si te has sentido desanimado porque no puedes conseguir todo cuanto Dios espera de ti, estás en el buen camino. Quiere que vayamos al lugar en que nos rindamos y pongamos nuestra confianza en él.
Tanto si tienes que apretar los dientes porque haces lo correcto, aunque en ello te vaya la vida, como si te sientes tentado a dejar de querer ser cristiano, es tiempo de pedirle a Dios que tome el control. Él ha esperado a darte las palabras, las actitudes y las acciones adecuadas. Y lo hará cuando dependas de él para todo.

Tomado de la Matutina el Viaje Increíble,

PRINCIPIOS PAILINOS PARA AFRONTAR LA TENTACIÓN

Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26: 41.

Martín Lutero dijo: «No podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero sí que hagan nido en ella». La tentación es inevitable; sin embargo, la manera en que se afronta es un asunto de elección. Para que la tentación no nos lleve al pecado, debemos hacer nuestras algunas recomendaciones del apóstol Pablo:
  • «Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen» (1 Cor. 6:12). Pregúntate: «Si decido hacer esto o aquello, ¿cuan saludable será para mi vida espiritual, mental y física?» No debe fomentarse lo que no nos ayude a progresar en la vida cristiana.
  • «Todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna» (1 Cor. 6: 12). Pregúntate: «¿Formará esto un hábito que posteriormente me llevará a hacer lo que no quiero y finalmente estaré bajo su dominio? ¿Me llevará esta práctica a convertirme en esclavo de un vicio?»
  • «No comeré carne jamás para no poner tropiezo a mi hermano» (1 Cor. 8: 13). Pregúntate: «¿Será mi acción un motivo para perder mi influencia sobre los demás? ¿Dejaré de ser respetado?» Como cristianos, estamos en este mundo para aportar algo importante. Somos las señales puestas por Dios para indicar al extraviado cómo encontrar el camino verdadero que conduce a la felicidad y a la vida eterna. Somos la prueba que Dios muestra al mundo para enseñar a los pecadores el poder que hay en el evangelio para cambiar la maldad en el corazón humano.
  • «Macedlo todo para la gloria de Dios» (1 Cor. 10: 31). Pregúntate: «Si decido hacer esto, ¿daré honor a Dios? ¿Exaltaré su nombre?» Todo pecado desprestigia a Dios, deshonra su nombre y lleva a los incrédulos a hablar mal de nuestro Padre celestial.
Hacerte estas preguntas te llevará a conocer si lo que haces es correcto o no, si debes tomar o no una decisión, si debes aceptar o no un ofrecimiento, si debes asistir o no a una invitación o permitir ciertas compañías. Sabrás si tu manera de conducirte te afectará a ti, a otros y, en último término, al reino de Dios.
Toma hoy la decisión de practicar los consejos del apóstol Pablo. Te ayudarán a elegir bien, a adoptar las mejores decisiones y a ganar muchas victorias con la ayuda de Dios.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.