sábado, 30 de mayo de 2009

UN RECONOCIMIENTO CON AMOR

La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo (Santiago 1: 27).
Mis padres me cuentan que cuando mi mamá estaba embarazada de mí, hubo una personita, miembro del departamento de Dorcas, que estuvo pendiente de ella durante el embarazo y hasta el momento en que yo nací. No la conozco en persona porque cuando tenía siete meses de edad nos trasladamos a otra ciudad, pero agradezco a Dios esos actos de bondad manifestados en mi favor. Si no logro encontrarla aquí, espero saludarla en el reino de los cielos, abrazarla y darle las gracias.
¿Cuántas de nosotras hemos disfrutado las delicias que a las hermanas que son miembros de la Sociedad de Dorcas les gusta cocinar? ¿Hemos admirado las manualidades que con sus manos elaboran o esos actos de bondad hacia los menos favorecidos? Tal vez tú has sido una de esas personas que cuando estudiabas fuera de tu casa y no tenías dinero ni comida ni dónde dormir, ellas te proporcionaron todo eso, y no solo un día, sino tal vez semanas o meses para que lograras tus objetivos de estudio. Quizás te proporcionaron la ropa adecuada para que pudieras asistir a la iglesia o a la escuela o para cubrirte del frío. Por eso me gusta pensar en ellas como las «manos que ha­blan». «No hay límite a la utilidad del que, poniendo a un lado el yo, permite que el Espíritu Santo obre sobre su corazón y vive una vida enteramente consagrada a Dios» (Servicio cristiano, p. 315).
Las veo y recuerdo, donde mi papá ha sido pastor, siempre dispuestas a servir, dar, reparar y visitar; sin recursos financieros o los escasos fondos que las iglesias les asignan, pero siempre ayudando. Es hermoso verlas reunirse para planear sus actividades. ¡Cómo pasarlas por alto cuando, bien uniforma­das, cumplen con sus deberes en las reuniones de la iglesia!
Quiero agradecer a Dios por esas «manos que hablan», por ese servicio abnegado y desinteresado que realizan. Si existe en tu mente una de esas «ma­nos que hablan» personificada, que hizo algo por ti, ¡qué alegría les daría re­cibir un gesto de tu gratitud! Puede ser que haya alguna que no asiste a la iglesia a causa de su edad o por algún problema. Esta es tu oportunidad de mostrarle tu amor. No las olvides.


L. Arely Ángeles Ríos
Tomado de la matutina Manifestaciones de su amor

TRAMPERO

Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. 1Timoteo 4:1

Marlene Huckabay y sus alumnos andaban por el camino que había entre la puerta de entrada a la escuela y el parque de al lado. Alguien miró hacia abajo y vio una gran araña en una de las plantas.
La araña había tejido una telaraña con las hojas de la planta. Luego se había puesto en medio de la telaraña. No le era preciso salir a buscar comida. La comida venía a ella.
La mayoría de los insectos evitaban la telaraña. Pero muy pronto un gran saltamontes la golpeó. Pero como era tan pesado, la telaraña se rompió y el saltamontes cayó al suelo.
Como el plan A había fracasado, la araña puso en marcha el plan B. Disparó al saltamontes un chorro de seda líquida de veinticinco centímetros e intentó atarlo como si fuese un lazo. Pero el insecto saltó y continuó su viaje a través de la alta hierba.
Los insectos más pequeños no tenían tanta suerte. Tan pronto como uno aterrizaba en la telaraña, la araña sentía las vibraciones y corría hacia su prisionero. Mientras esforzaban por liberarse, la araña los envolvía en un hilo de seda, como un mozo de almacén que ata una cuerda alrededor de un paquete.
Satanás se parece mucho a la araña. Constantemente intenta arrastrar a la gente a su telaraña de pecado.
En la Biblia leemos cómo responden distintas personas a las estratagemas de Satanás y vemos los resultados de sus elecciones. Algunos, como Enoc, permanecieron alejados de las trampas de Satanás. Otros, como el rey David, se acercaron demasiado y quedaron atrapados durante un tiempo antes de poder librarse y regresar a Dios, Algunos, como Jezabel y Judas, fueron a la muerte bajo el control completo de Satanás,
Cuando empieces cada día, con la ayuda de Dios, esfuérzate para evitar las trampas de Satanás. No permitas que te atrape en su telaraña.
Tomado de la Matutina El Viaje increíble
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CIÉRRALE LA PUERTA A SATANÁS

Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: «Hoy», para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.Hebreos 3:13


La palabra 'exhortar' significa «incitar a alguien con palabras, razones y ruegos a que haga o deje de hacer algo». En el caso del texto de hoy, animarnos unos a otros a ser fieles. Si nos animamos mutuamente, Satanás no entra fácilmente en nuestras vidas. El arma que más usa el enemigo para derrotar a los cristianos es el desánimo. Necesitamos animarnos unos a otros para mantener viva la fe y la esperanza. Pablo llama a la iglesia a hacer eso cada día.La mejor defensa es el ataque, y una forma muy efectiva de preservar la propia alma es vigilar el bienestar espiritual de los demás. Un fuerte sentido de responsabilidad de grupo es la marca de una iglesia saludable. Los cristianos son como brasas: juntos, alimentan mutuamente su fuego y generan gran calor; separados, pronto se enfrían y se apagan. Toda reunión de creyentes, aun las reuniones recreativas y sociales, deben estar impregnadas de un profundo tono de devoción e interés mutuo.La iglesia debe ser un centro de recuperación de fuerzas para seguir adelante. Es el sitio donde los cristianos renuevan constantemente su fuerza espiritual. En ella se refuerza el celo y el propósito santo. A la iglesia vamos para estar con la familia. Allí las personas se ayudan y se animan unas a otras.La infantería tiene una retaguardia. Esta va detrás de la tropa, recogiendo a los caídos en batalla, para estar seguros de que nadie queda abandonado en el campo. Nadie es dejado atrás; todos son recogidos y devueltos al compañerismo y la seguridad del campamento.La iglesia necesita una retaguardia. Debemos buscar al que se tambalea, dar esperanza al que ha caído, recoger al herido en la batalla y devolverlo a la seguridad del campamento. Nunca como ahora ha habido tanto dolor entre el pueblo de Dios. Son tiempos difíciles. Pronto vendrá el tiempo de angustia. Cuida de tus hermanos en la fe. Nunca hieras ni permitas que alguien hiera a los hijos de Dios. Nuestro Señor secaba las lágrimas de sus oyentes; los afligidos que lo escuchaban recuperaban el gozo; los que habían perdido la dignidad la recuperaban. Es la tarea que Dios ha dado a sus hijos.«Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá y os salvará» (Isa. 35: 3,4).

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.